Al menos 17 niños han muerto esta semana en Idlib, en el noroeste de Siria, en un bombardeo contra un refugio subterráneo en el que se habían escondido los menores, que asistían a una escuela cercana, según ha denunciado este viernes el director regional del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) para Oriente Próximo, Geert Cappelaere.

Según ha explicado en un comunicado, la agencia de la ONU ha recibido información de que "un refugio subterráneo donde se protegían niños fue atacado a principios de semana". Al parecer, ha añadido, "la fuerte violencia a tan solo 300 metros de una escuela apoyada por UNICEF en Idlib obligó a los niños que estaban en clase a buscar refugio en los alrededores".

"Ni siquiera los refugios son ya un lugar seguro en este país desgarrado por la guerra", ha lamentado el responsable de UNICEF, denunciando que "la guerra continúa de manera incesante y sin piedad para los niños de Siria".

En Idlib, una provincia controlada en gran medida por fuerzas rebeldes sirias y objeto de una ofensiva del Gobierno con apoyo de Rusia, "un millón de niños viven entre la creciente violencia y los ataques", ha precisado. En este sentido, ha hecho un llamamiento en nombre de UNICEF "a quienes luchan en Idlib para que liberen a los niños del destino y los horrores que están viviendo los niños de Ghuta Oriental, Afrin y otras partes de Siria".

"Quienes luchan en Siria y quienes tienen influencia sobre ellos están ignorando completamente, desde el primer día de conflicto, todas las leyes y normas que supuestamente deberían proteger a los niños", ha sostenido Cappelaere.

El responsable de UNICEF ha denunciado que "las escuelas, los hospitales, las casas de los niños, los parques y las zonas de juego han sido atacadas durante los últimos siete años en Siria". Desde 2011, la agencia de la ONU ha contabilizado 309 instalaciones educativas atacadas, además de profesores y personal educativo objeto de ataques.

"Los ataques a niños y contra la infraestructura civil son una violación de las leyes básicas de la guerra", ha recordado, insistiendo en que "la protección de los niños bajo cualquier circunstancia no es negociable".

"La guerra sobre los niños, la guerra sobre la humanidad, no puede convertirse ahora en una norma nueva. Los niños, hoy o en el futuro, nos considerarán a todos responsables si no paramos la guerra sobre ellos", ha advertido.