Ha quedado visto para sentencia el juicio por la denuncia presentada por el ex delegado del Gobierno Enrique Hernández Bento contra el Partido Popular, representado gráficamente en la foto del proceso por su presidente, Asier Antona. Se trata de un juicio bastante estrambótico, en el que quien fuera candidato a la Presidencia regional del PP canario denuncia, por irregularidades en las primarias internas del partido, al ganador de las mismas, Asier Antona. Conviene recordar que Hernández Bento -que lo fue todo en el PP de la mano del ministro José Manuel Soria-, compitió con Antona en esas primarias, fracasando morrocotudamente, y que -tras fracasar- abandonó la militancia en el PP y protagonizó una chusca operación para convertirse en candidato del partido Ciudadanos, operación que no llegó a materializarse, por prohibición expresa de la dirección central del partido naranja. Resulta obvio que desde que perdió las elecciones a la Presidencia regional del PP, y fracasó en su intento de ser candidato, Hernández Bento se ha comportado como un niño con una rabieta, alguien que considera que se le trata peor de lo que se merece, y que sus servicios al partido no han sido compensados con una canonjía de suficiente rango.

Lo que ha denunciado Hernández Bento en los tribunales es básicamente que Antona contó en su campaña a la Presidencia con el apoyo de la dirección nacional del PP, con la decidida actuación de la regional -que él mismo presidía- y que tuvo gracias a eso, acceso a las listas de afiliados antes que el resto de los candidatos. Hernández Bento ha denunciado otras irregularidades probablemente menores relativas a que Antona comenzó su campaña antes de que el plazo para iniciarla se hubiera abierto, o que la duración de la campaña fue reducida de 45 a 30 días para dificultar el contacto con los afiliados de los otros candidatos?

En fin, no sé si Hernández Bento y su letrado tienen razón en estas denuncias, ni tampoco me parece la cuestión más relevante, aunque si resulta que tienen razón y ganan el pleito contra su antiguo partido, podremos decir que le habrán hecho un favor al sistema democrático contribuyendo a su transparencia y limpieza.

Lo que ocurre es que a mí me parece que lo que Hernández Bento ha denunciado son prácticas muy frecuentes de todos los partidos, en todos, donde el aparato cuenta siempre con un plus para ganar los procesos internos. Eso ha sido siempre así -y más aún en aquél férreo PP controlado con mano dura por José Manuel Soria-, no sólo ahora, cuando esas prácticas le han perjudicado y parece conocer. Su comportamiento me parece una mezcla de cinismo e hipocresía: me recuerda lo del capitán Louis Renault de la pelí "Casablanca", de Michael Curtiz. Renault ordena la clausura del bar de Rick -Humphrey Bogart- con la excusa de que en él hay un casino clandestino -"¡Que escándalo! ¡He descubierto que aquí se juega!"-, dice, mientras el croupier le paga sus ganancias a la ruleta.