Tal vez su labor sea callada, lo cual no le resta importancia. Es más, muchos la consideran un valor más. Mensajeros de la Paz Canarias se constituyó hace ahora casi 18 años y, en todo este tiempo, se ha encargado de repartir solidaridad allá donde se le ha requerido.

Uno de sus proyectos fue premiado en 2014 por la Fundación Cepsa. En concreto, se trató del centro de día y comedor social infantil de Añaza, en el barrio del mismo nombre de la capital tinerfeña, que recibió el Premio Cepsa al Valor Social.

El recurso había sido abierto solo dos años antes, tras detectar la asociación que menores del barrio solo hacían una comida al día, la del centro escolar, y que la situación se agravaba en vacaciones al cerrar los colegios.

De esa forma, y una vez puesto en marcha el centro, permitió cubrir en ese momento las necesidades alimentarias de 44 menores, de 4 a 14 años, procedentes de familias con dificultades económicas y en riesgo de exclusión social.

Otro ejemplo de los trabajos que realizan los pequeños./

Esa atención, durante 2017, se incrementó a 60 menores, con edades comprendidas ahora entre los 0 y los 16 años, según los datos extraídos de la memoria que elabora la asociación.

Gracias al premio otorgado por la Fundación Cepsa, tal y como reconoció en su momento el presidente del colectivo, José Manuel Alfonso, Mensajeros de la Paz pudo continuar al año siguiente, 2015, con su programa. De ahí en adelante no ha parado.

Con el recurso de Añaza se pretende crear un espacio para los niños y sus familias; familias con problemas económicos y sociales, que tienen dificultades para cubrir las necesidades básicas de sus hijos.

En este espacio se tratan de cubrir las necesidades alimentarias de los menores a través de un comedor social y transversalmente se interviene en las dificultades familiares a través de la Escuela de Familia y en los problemas de rendimiento escolar, a través del refuerzo educativo.

Una de las actividades, por ejemplo, es el refuerzo escolar. Así, de lunes a jueves, en horario de 16:00 a 19:00, se divide el grupo en dos y se hace apoyo escolar. Primero se les revisa la agenda para ver qué tarea les han mandado desde el colegio y luego se les supervisa cuando la hacen, resolviendo sus dudas. Una vez que han terminado, se les da una ficha con actividades relacionadas con la motivación escolar y estrategias de estudio, que deben cumplimentar.

Además, también se trabajan las manualidades. Coincidiendo con determinadas épocas del año, como las estaciones y las fiestas anuales, se elabora una manualidad sobre el tema (Día de la Paz, Día de Canarias, Día de la Familia, Día del Libro, etc.).

Otra de las actividades que se lleva a cabo en el centro es un taller de control emocional. Se trata de un taller semanal, de una hora de duración, en el que se tratan diferentes temas relacionados con las emociones. Para llevarlo a cabo se utiliza el libro "El Emocionario" y se llevan a cabo las actividades propuestas por él. Es un taller lúdico, participativo en el que los menores pueden expresar sus emociones en un contexto de seguridad.

Según reconoce la asociación, este es el taller que mayores dificultades ha presentado y que más necesario se ha hecho. Las razones parecen obvias.

En el centro de Añaza, y como ocurre en otros recursos similares, también se hacen entregas de juguetes y material escolar. A través de la colaboración con empresas como Kiehls o el Corte Inglés, se donaron juguetes de primera mano para estos niños. Asimismo, se hizo una campaña de recogida entre nuestros colaboradores, lo que hizo que muchos particulares donarán juguetes de primera mano. También se contó con la colaboración del colegio Hispano Británico, que realizó una recogida de juguetes.