El 40% de las consultas de alergología de los centros hospitalarios en Canarias se deben al asma y la rinitis. Una situación que, sin duda, se incrementa cada año con la llegada de la primavera, debido a la mayor presencia de pólenes y, concretamente en Canarias, por los ácaros.

Los servicios de Alergología del Servicio Canario de la Salud (SCS) realizaron durante 2017 un total de 14.384 primeras consultas y 30.656 sucesivas. De estas, el 11,5% fueron por dermatitis atópica, el 9,2% por alergias infantiles, el 8,1% por alergias alimenticias y, por último, un 6,9% por urticarias. En cuanto a los pacientes que hay en Canarias de alergia, según el estudio epidemiológico nacional de 2015 las cifras de rinitis están por encima del 30% y de asma en torno al 15%.

Sin embargo, y aunque se conoce que durante la época primaveral se produce un incremento de la incidencia de esta enfermedad, la realidad es que no se sabe exactamente por qué se produce una alergia en primera instancia. Ni los expertos ni los pacientes conocen la razón por la que su sistema inmunológico entra en combate a muerte con ciertas sustancias o alérgenos.

Juan Carlos García Robaina, jefe de Alergología del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, lo define como "una reacción inesperada contra algo que las demás personas toleramos normalmente". La clave puede estar en los genes, pues se ha visto que la predisposición genética a sufrir una alergia se puede heredar, sin embargo, este factor no es determinante para padecer dicha enfermedad.

De hecho, como asegura García Robaina, en los últimos años se ha llegado a la conclusión de que existen "una serie de cofactores que favorecen la aparición de la alergia". Así, la contaminación o el propio estilo de vida de los ciudadanos -especialmente en países desarrollados- pueden provocar que alguien desarrolle un cuadro clínico más importante del que hubiera sufrido en otras condiciones.

"En las últimas décadas se ha incrementado el número de pacientes alérgicos", concluye el especialista, quien cifra en "aproximadamente un 30%" la población mundial que puede desarrollar un cuadro alérgico. "Algo está ocurriendo en nuestra sociedad para que haya una mayor susceptibilidad genética a desarrollar un problema alérgico", asevera García Robaina.

Nuestra "obsesión" por la limpieza y la higiene puede ser uno de los factores determinantes. Y es que, no se descarta que los entornos "super limpios" nos estén quitando ese microcontacto con bacterias beneficiosas. Unos microorganismos que en tiempos no tan remotos estimulaban el sistema inmunológico, "más que para protegerte, para permitirte una buena integración con el entorno", afirma el especialista.

Cuanto antes, mejor

Durante años se ha considerado que lo mejor para los más pequeños es que la introducción de los alimentos se produzca de forma paulatina más bien tardía. No obstante, los últimos estudios revelan que lo mejor es hacerlo lo antes posible, pues previene con mayor eficacia las alergias.

Para el poco cumplidor

Los facultativos a menudo han mostrado su descontento por la gran cantidad de pacientes "poco cumplidores" con sus tratamientos. Para ello, la Unidad de Alergología del Hospital de La Candelaria ha puesto en marcha recientemente una consulta complementaria donde informar a los pacientes sobre los beneficios de la medicación para su enfermedad.