Los restos mortales del sacerdote Antonio María Hernández, más conocido como el padre Antonio, reposan desde ayer en un mausoleo creado en su honor en la capilla principal del gran hogar de mayores que creó en el Puerto de la Cruz. El Hogar Santa Rita II vivió ayer el regreso del religioso que construyó, desde cero, la Fundación Canaria Hogar Santa Rita, que llegó a gestionar dos residencias y a atender a más de mil mayores, muchos de ellos sin recursos.

La Banda de Música de La Orotava recibió los restos del padre Antonio con la marcha "Sevilla llora". Ante varios cientos de personas, el recordado sacerdote regresó a su gran obra, donde el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, ofició una misa de acción de gracias, en la capilla principal del Hogar Santa Rita II, ante numerosos fieles. Chago Melián, asiduo colaborador del padre Antonio, volvió a dedicarle su célebre Ave María.

El mausoleo del padre Antonio, ubicado a la derecha del altar es, además de una sepultura, un pequeño museo con fotos y objetos personales de este carismático religioso que, antes de ser sacerdote, fue carpintero, tapicero, músico, boxeador, contable, docente, emprendedor y misionero. En vida, fue capaz de construir, a base de caridad y trocitos de cielo, dos enormes hogares de mayores y luchó hasta el último momento por sacar adelante su inacabado centro dedicado al alzhéimer.

El acto de ayer volvió a reunir en Santa Rita a personas que, como Teresa Hernández, mostraron su devoción por el padre Antonio: "Ya me puedo morir tranquila porque sus restos están donde deben reposar para siempre; su alma en el cielo, y su recuerdo en nuestros corazones".