Juan José Martínez, concejal de Hacienda y Recursos Humanos de Santa Cruz, reconoce que fue su antecesor en el cargo, Alberto Bernabé, el que debió afrontar la época más compleja en el ayuntamiento desde el punto de vista económico. Superado el trance, valora el esfuerzo de los funcionarios y defiende las rebajas fiscales que ha puesto en marcha el consistorio.

Parte de la oposición pide que se gaste el superávit en asuntos de interés. ¿Cuáles serían las prioridades si fuera posible?

No solo lo pide la oposición: lo ha pedido el grupo de gobierno en reiteradas ocasiones. Lo hemos hecho en la Fecam, y, a través de ella, en la FEMP, con la idea de que se libere a los municipios que cumplen con los criterios de estabilidad presupuestaria el uso del superávit y del remanente. (...) Mantener esa situación hace que municipios como Tacoronte, a principios de año, tenga en sus cuentas todos los ingresos previstos para el resto del año, pero no puede hacer nada con ellos.

El Ministerio de Hacienda parece que va a abrir la mano en este sentido.

Estamos a la espera de conocer el decreto para ver la letra pequeña y saber a qué destinarlo. Pero esto no es una cuestión de la oposición. (...) En nuestro caso, el remanente -superávit acumulado en varios años- en 2017 fue de 55 millones de euros. Hay que estar atentos. Tenemos una cartera de inversiones donde podrían tener cabida los márgenes de una regulación más acorde con la realidad municipal.

El consistorio lleva dos años presumiendo de buena salud financiera. ¿Qué ha cambiado para que se haya producido una evolución tan rápida?

Hemos introducido criterios de rigor en la gestión. Es de destacar no solo la voluntad política de sanear la ciudad, sino también el compromiso de funcionarios que han trabajado de forma callada e involucrados para conseguir estos resultados. Por ejemplo, las medidas anunciadas de rebaja de la presión fiscal en la ciudad tienen que ver con el esfuerzo de estos trabajadores, que han mejorado los índices de recaudación, frente al modelo externalizado que existía.

¿Se gastaba demasiado antes?

Más que gastarse demasiado, a lo mejor no éramos del todo eficientes. El ayuntamiento es ahora capaz de hacer muchas más cosas con los mismos recursos e, incluso, con menos.

Se desprende que los funcionarios se han puesto las pilas.

Son objetivos diferentes que se plantean en épocas distintas. En esta que nos ha tocado, una parte de este mandato ha sido de saneamiento económico-financiero, que se había iniciado en el mandato anterior, con Alberto Bernabé. A él le tocó la época de ajuste duro. A mí me ha tocado la última parte, pero también la posibilidad de entrar en una fase expansiva. (...) Por poner un ejemplo del cambio: en 2011 se pagaba a proveedores a casi un año y las últimas cifras, de enero de este año, es que hemos alcanzado una media de 23 días. La ciudad ha dado un salto adelante en creación de empleo, en actividad económica, es líder en creación de empresas...

Y eso es lo que ha permitido aplicar determinadas rebajas fiscales.

En el caso del IBI se reduce en un 50% para aquellos inmuebles que pasen a utilizar placas fotovoltaicas. O el 100% para aquellos perceptores de ayudas del IMAS. También se ha bonificado el ICIO (construcción). En líneas generales ha pasado del 4% al 1,7%, lo que nos convierte en la capital de provincia con el impuesto más bajo en aras a estimular el sector de la construcción. Y, además, a ese 1,7 le hemos introducido una bonificación de hasta el 95% si la obra de rehabilitación se realiza en un inmueble que sea patrimonio histórico. Con respecto al rodaje, entre este año y el que viene, lo vamos a situar como el más bajo de toda Canarias, de tal forma que no sea un obstáculo para que la gente se empadrone en la capital y sí un estímulo para que vengan empresas del sector.

¿Cuál es el indicador económico que más preocupa en estos momentos, al margen del paro?

La mayor parte de los datos son positivos. Pensando más en términos de ciudad, lo más importante es en desbloquear todos los aspectos urbanísticos, que pueden suponer un estrangulamiento en algunas zonas de la ciudad.

En los últimos tres meses ha insistido en que la reducción de impuestos ha llegado al límite. Pero el año que viene hay elecciones...

Introduciremos medidas, pero no serán del calado de estas. Estas suponen un ahorro de 4,8 millones en la ciudad. Los dos primeros años del mandato introdujimos otras que venían a suponer en torno a un millón. Para el próximo ejercicio estamos trabajando en un paquete de medidas complementario a este, pero no tendrá el mismo calado. Serán cuestiones concretas que tendrán que ver con incentivar determinado tipo de actividad y sector económico. Podemos tocar las energías renovables un poco más.

¿Volverá a crecer el presupuesto en 2019, o se ha tocado techo?

Todavía es pronto. Hay que ver cómo evoluciona una serie de tendencias en cuanto a la recaudación, no tanto la nuestra, que es estable, sino la procedente del Régimen Económico y Fiscal (REF). Pero todos los centros de investigación hablan de que Canarias va a seguir teniendo tasas de crecimiento por encima del 2,6%. El escenario real lo empezaremos a construir en junio.

Por cierto, ha insistido en que hay reforzar el patrimonio municipal. ¿De qué manera?

El objetivo es poner en valor el patrimonio municipal más allá de su conservación o su rehabilitación. Es decir, convertirlo en elemento que contribuya a la reducción del desempleo. Hay que avanzar hacia sectores económicos nuevos y en ese sentido estamos buscando fórmulas. El edificio del Barranco de Santos donde se va a ubicar el centro de e-sport es un ejemplo. Tratamos de estimular todo aquello que se ha venido a llamar la economía del conocimiento. Tenemos que posicionarnos de manera importante porque es el futuro.