Los escapes masivos de peces en la acuicultura que se practica en mar abierto no son habituales, pero ocurren, y su frecuencia aumenta a medida que lo hace la de los fenómenos que normalmente las causan: los temporales. Para hacer frente a estas situaciones y evitar posibles afecciones al medio marino, la Consejería de Agricultura y Pesca del Gobierno regional ha elaborado y aprobado un protocolo de actuación que promueve un "compromiso" con los operadores para que estos se hagan responsables de retirar la biomasa en fuga.

El documento tiene un propósito esencialmente medioambiental, destaca el director general de Pesca del Ejecutivo canario, Orlando Umpiérrez. El protocolo establece que las empresas deben dotarse de un plan de prevención y actuación ante escapes, que incluye la obligación de comunicar estos episodios -incluyendo los posibles daños, las circunstancias que lo provocaron, las especies afectadas, el estado sanitario de los ejemplares y la estimación de la biomasa afectada-; la recuperación de los peces escapados -utilizando "las artes de pesca más efectivas"-, en solitario o, en convenio con cofradías o asociaciones de pescadores- y la información sobre la situación y sus consecuencias una vez desactivado el protocolo.

Con carácter previo a la puesta en marcha del plan, las empresas dedicadas a la acuicultura tendrán que cumplir también algunas obligaciones. Así, deberá "extremar las medidas" para evitar los escapes por goteo -no masivos-, formar a los operarios en labores de prevención, nombrar un coordinador de las tareas previstas en el protocolo, realizar al menos un simulacro anual de actuación para evaluar su eficacia, revisar de forma exhaustiva de las instalaciones entre los meses de octubre y noviembre -momento anterior a la época en que con mayor frecuencia tienen lugar los temporales- y estimar la biomasa en cada una de las jaulas y la especie cultivada.

El protocolo contempla, además, la prohibición de la comercialización en puntos de primera venta situados en la zona donde hayan sucedido los hechos de la especie escapada a cualquier persona ajena a las instalaciones acuícolas.

las claves

Temporales. El protocolo prevé revisiones exhaustivas de las instalaciones antes de la época en que son más frecuentes los temporales.

Coste. Las empresas propietarias de las instalaciones -hay jaulas en Tenerife, La Palma, Gran Canaria y Lanzarote- deberán costear la recuperación de los peces.

El consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, recuerda que la aprobación del protocolo de actuación ante el escape de peces de cultivo en jaulas en mar abierto se suma a la tramitación del Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura (Proac), que supondrá "un paso más en la regulación de un sector que es generador de economía para las Islas". Quintero confía en que este instrumento pueda tener luz verde antes del verano.

En cuanto al protocolo, el consejero resalta que es "fruto del trabajo desarrollado junto a los empresarios del sector" y asegura que "permitirá aplicar un mayor rigor medioambiental a la gestión de explotaciones de acuicultura" en el Archipiélago y que "contribuye a la ordenación" de esta actividad.

Por su parte, el director general de Pesca del Ejecutivo autonómico, Orlando Umpiérrez, pone el foco sobre la orientación medioambiental del protocolo. La cada vez mayor frecuencia de episodios de mal tiempo o fenómenos meteorológicos adversos -desencadenante principal de los escapes masivos de peces de las jaulas- obliga, insiste Umpiérrez a tomar medidas que prevengan una afección al entorno marino o incluso problemas de tipo sanitario, pues algunos ejemplares pueden ser objeto de tratamiento. Aunque estos últimos casos "no se han dado hasta la fecha", la Administración prefiere adelantarse.