La Semana Santa no solo son pasos, cofradías y arte religioso. Hay otras vertientes que llevan a que las ciudades se mimeticen con el ambiente de estas fechas o a que se genere actividad empresarial. Y también, cómo no, está la gastronomía. Estos días tienen sus sabores propios, que, en ausencia de la carne, pasan fundamentalmente por el mar.

Las pescaderías del Mercado de La Laguna ya mostraban el pasado lunes una actividad por encima de lo habitual, con clientes que no quitaban ojo a distintos pescados y, de una forma especial, al bacalao. Hay todo un recetario en torno a la cocina de estos días. No en vano, en varias ocasiones -como en esta edición de la Semana Santa- Aguere ha acogido las denominadas "Jornadas Gastronómicas de Vigilia", con charlas y restaurantes que preparan menús especiales.

Incluso una publicación -"El sabor de la Vigilia Lagunera"- está dedicada en exclusiva a la cocina de este tiempo. "En una ciudad tan profundamente religiosa como La Laguna es lógico que sus gente viviesen la Cuaresma con la austeridad propia de este período, contando así con numerosas recetas en las que la carne está ausente y son protagonista los productos de sus zonas costeras y sus huertas", recoge. Hay opciones como el caldo, el potaje de vigilia o la siempre agradecida sopa de pescado, así como las garbanzas con bacalao, las garbanzas de vigilia, las judías de Jueves Santo y la sopa de Cuaresma. Algunas propuestas de segundos platos: distintas versiones de bacalao, como compuesto y con tomate. Y que no falten los postres, y sobre todo las torrijas.

Si los almuerzos de estos días saben a pescado, muchas procesiones de diferentes lugares van de la mano de los dulces. Es el caso de las que se celebran en el casco de La Laguna. La Dulcería La Catedral, en la esquina de la calle de La Carrera, en pleno centro, lleva más de un siglo endulzando a quienes estos días se acercan hasta la Ciudad de los Adelantados a disfrutar de la riqueza patrimonial de sus pasos y arte sacro.

Actualmente al frente del negocio se encuentra Maisu Rodríguez, que señala que, efectivamente, en estas fechas se da un incremento en las ventas. Es el momento de las torrijas, y de las truchas, los rosquetes de batata, los pasteles de gloria... "Todo tradicional", apunta. Se trata de uno de esos comercios laguneros que siguen conservando su ambiente de siempre; no en vano, es una de las tres dulcerías locales que tiene el título de Patrimonio Histórico Industrial.

Sus raíces se hunden 104 años atrás, hasta 1914. Fue fundada por un matrimonio gaditano y después lo asumió el abuelo de la hoy responsable, sus padres (Porfirio y María del Carmen) y actualmente ella.