El Barcelona no dio lugar a la sorpresa, ganando al Granadilla Egatesa. El choque quedó resuelto a favor de los locales en los primeros 45 minutos. Las culés salieron fuertes, poniendo en apuros a las insulares desde el arranque. Martens y María León protagonizaron esas primeras acciones ofensivas. El dominio fue local desde un inicio y las de Toni Ayala no podían quitarse de arriba al rival: Ana, con Pili batida, salvaba en un tiro de Torrejón. Las ocasiones claras de las anfitrionas se sucedían. Losada avisó para las catalanas con un tiro que se fue fuera antes de que Patri pusiese el 1-0 con un disparo franco. Amagó bien la local para anotar un golazo ajustado al palo. Con las blaugrana volcadas llegó el 2-0, anotado por Pili en propia puerta. Pero para fortuna de las canarias el 2-1 de Simpson llegó muy pronto, lo que significó un buen respaldo moral cuando más se necesitaba. La tuvo Ana pasada la media hora. El desgaste físico estaba empezando a pasar factura al Barcelona y el Granadilla vivía su mejor momento. El empate parecía cerca. Pero un desajuste defensivo de las visitantes posibilitó el 3-1 al borde del intermedio, obra de Patri. El marcador al final del primer tiempo no acababa de reflejar lo que se había visto sobre la cancha. La lectura estaba clara: ante un equipo con el potencial del Barcelona no se pueden cometer errores tontos porque se pagan caros. La segunda mitad comenzó a otro ritmo, ya no tan intenso. Pili debió intervenir en varias ocasiones en esta parte del partido, en especial en un tiro de Martens. Le faltaba algo de chispa al Granadilla y Toni Ayala no tardó en mover el banquillo, dando entrada a Martín-Prieto, María José y Eva Llamas. No llegaba el cuadro tinerfeño al área rival y con las sustituciones eso fue cambiado poco a poco. Y así fue que pasada la media hora María José Pérez, tras una buena jugada personal, disparó. La meta internacional culé, Paños, atajó sin problemas. Hubo un momento en estos segundos 45 minutos en los que dio la sensación de que el Granadilla Tenerife Egatesa podía ir a por el 3-2, pero el cansancio se dejó notar y a medida que el final del choque se acercaba empezó a quedar claro que el choque estaba visto para sentencia. A estas alturas del duelo solo había jugadas aisladas, sobre todo porque el partido estaba roto. Hubo sustos en ambas áreas, pero el marcador no se movió.