Rodrigo San Miguel (Zaragoza, 1985) ya está en el Top 5 de la historia del CB Canarias en la Liga ACB. En Bilbao jugó su partido 126 como aurinegro, con lo que alcanzó a uno de los grandes referentes del tramo final del pasado siglo, el pívot grancanario Matías Marrero, uno de los integrantes del equipo entre 1986 y 1992, años dorados de la entidad canarista.

San Miguel, que presenta una media de 34 partidos por temporada, puede alcanzar a otro base, Salva Díez, que llegó a vestir de aurinegro 132 veces. El futuro de San Miguel pasa por el club lagunero, con el que amplió un año más su contrato, que ahora termina en 2019, por lo que otros retos, como superar en la tabla de regularidad a otro "mito" del canarismo, como Manolo de las Casas, parecen al alcance de la mano de este base que llegó a la Isla en 2014, con 29 años, y va a cubrir aquí una de sus etapas más brillantes.

Con el Iberostar ha vivido muchas de las secuencias más bonitas de su larga carrera: ha participado en dos ediciones de la Copa del Rey, ha jugado "playoff" por el título y ha conseguido dos entorchados, el de campeón de la Basketball Champions League y el título Intercontinental, dos fechas que junto a la del nacimiento de su primer hijo, quedan asociadas a Tenerife en la carrera de este jugador, con largo recorrido en la Liga ACB. El pasado 21 de enero, celebró su 33 cumpleaños, vio llegar al mundo a su primer hijo y, por la tarde, logró la clasificación copera con el Canarias derrotando al Estudiantes. El mismo jugador calificó la fecha como "el mejor día de mi vida". Además, de aurinegro fue convocado por primera vez para la selección española, con la que se estrenó el 23 de febrero en Bielorrusia.

Rodrigo debutó en esta Liga en Valladolid, con el Forum, donde estuvo dos años, no completos, llegó a estar cedido en Pozuelo (LEB 2) y Plasencia (LEB 1), antes de recalar tres años en Manresa, dos en Valencia (con el que logró dos subcampeonatos), uno en el UCAM Murcia y, finalmente, Tenerife, donde está cubriendo su etapa más larga, cuatro años y uno más comprometido. Es uno de los nuestros.