La acusación particular en el juicio con jurado por el homicidio de un asaltante en una casa de Arafo (Tenerife) ha admitido la posibilidad de que el acusado, Jacinto S.M., propietario de la vivienda, pudiera haber actuado en legítima defensa, lo que supondría rebajar la pena de prisión.

En la presentación de sus conclusiones en el juicio por homicidio contra Jacinto S.M., la letrada Alicia Pomares, que representa como acusación particular a la madre del asaltante muerto por un disparo, ha mantenido su petición inicial de diez años de prisión, pero ha planteado de forma subsidiaria la atenuante de legítima defensa muy cualificada, con una reducción de la pena a dos años y medio.

También reclama la pena de prisión de un año para el acusado por tenencia ilícita de armas, así como una indemnización a la familia del fallecido por 76.690,12 euros.

La fiscal del caso, Náyade Remón, también sostiene que el acusado actuó en legítima defensa, pero pide su absolución, al considerar que es una circunstancia eximente completa, no solo atenuante como plantea la acusación particular.

Por la tenencia ilícita de armas, el ministerio público pide dos años de prisión, aunque pedirá la suspensión de la pena para que Jacinto S.M., de 83 años, no entre en prisión.

La defensa del propietario de la vivienda, el abogado Avelino Miguez, mantiene como definitiva su petición de absolución por los dos delitos, aunque subsidiariamente admite seis meses de cárcel por tenencia ilícita de armas.

Los hechos ocurrieron el 1 de marzo de 2015, cuando Jonás, de 26 años, acompañado de un menor de edad, Cristian, armados con palos y una pistola simulada y tapados con caretas, entraron en la casa, situada en una finca de Arafo para robar. Allí estaban el acusado, entonces con 80 años, su esposa y su cuñada.

Ante la violencia empleada y las amenazas de muerte, Jacinto se hizo con un revólver que tenía guardado y disparó dos tiros, uno de los cuales mató a Jonás.

En el juicio han comparecido hoy como peritos los médicos forenses que examinaron el cadáver y los agentes del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil que analizaron la careta que llevaba puesta Jonás en el momento de su muerte.

La bala entró por la mejilla izquierda, por encima del labio, atravesó la cavidad bucal y tras seccionar la vena yugular de Jonás, salió por la parte derecha del cuello, con una trayectoria descendente pero no lineal.

Los peritos estiman que el disparo fue efectuado a una distancia superior al metro o metro y medio.

Para mañana está prevista la exposición de los informes de las partes, tras lo cual el jurado se retirará a deliberar para emitir su veredicto y el juicio quedará visto para sentencia.