Aunque fuera por un motivo erróneo, la llamada "crisis de las microalgas" en Canarias tuvo una parte positiva, según Alejandro de Vera, biólogo del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, y es que "concienció a la gente sobre el medio ambiente".

La población se dio cuenta de que "estamos contaminando y no podemos seguir así", continuó De Vera, que ayer realizó una ponencia dedicada a las floraciones masivas ("blooms") de cianobacterias en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, en el contexto del Seminario Planeta Tierra.

Así, aunque la desinformación acerca de la proliferación de la cianobacteria "Trichodesmium erythraeum" fue palpable durante los meses de verano de 2017, el biólogo entendió que, al sufrir un crecimiento "tan exagerado", muchas personas se hayan alarmado.

De hecho, esta bacteria ya había aparecido anteriormente en algunas playas de las Islas, pero ocurrió de una forma tan insignificante que el evento se limitó al conocimiento de los científicos. Por ello, De Vera consideró "normal" que la sociedad canaria haya reaccionado de esa manera, relacionando el fenómeno con los vertidos, ya que muchos vieron "un cinturón enorme de una masa que no parecía ser seres vivos, y que encima olía mal, bordeando la costa de las Islas".

"Desgraciadamente, el motivo fue erróneo, porque el bloom de microalgas no tenía nada que ver con los residuos", lamentó el biólogo, que recalcó que lo positivo fue que la desinformación llevara a la gente a "preocuparse y concienciarse sobre el medio ambiente".

El científico insistió en que Canarias tiene un "problema serio de contaminación y vertidos al mar", lo que está provocando que a "a nivel local nos estemos cargando nuestras costas".

De esta forma, se remitió a una reciente investigación de varios científicos de la Universidad de la Laguna (ULL) que descubrieron que en los últimos 30 años ha disminuido un 90% la población de algas pardas, más conocidas como musgo. Aparte de un posible efecto del cambio climático, como describen estos científicos, Alejandro de Vera consideró que en este fenómeno están influyendo "mucho" los vertidos.

En cuanto a la "Trichodesmium", parece que el cambio climático, que está haciendo nuestras aguas más cálidas y tropicales, es la causante de estos "blooms". Así, con el paso de los años, el biólogo confirmó que "va a haber más episodios como el del año 2017", aunque esto no quiera decir que se vayan a producir "todos los veranos".

Además, y aunque el de las microalgas haya sido un fenómeno muy comentado, el biólogo recordó que los "blooms" son fenómenos oceanográficos que ocurren en todo tipo de especies, por ejemplo, el crecimiento en verano de medusas o las salpas, que tienen un efecto visual "más impactante". Y como estos organismos, también están afectados por los "blooms" un grupo de vegetales, denominado dinoflagelados, que "cuando existen unas condiciones ideales" se multiplican formando lo que se conoce como "mareas rojas".

El cambio climático está provocando que el agua del mar aumente su temperatura, también en Canarias. Esto está provocando un "cambio de distribución" en las especies marinas que viajan hasta nuestra zona o huyen de ella.

De esta manera, especies de peces como el gallo azul o el gallo aplomado, que "hace 20 años no se conocían", como afirmó el biólogo Alejandro de Vera, hoy se han convertido en "un recurso pesquero". Y como estas, muchas otras especies marinas de "hábitos tropicales" están llegando a las costas canarias.

Por el contrario, otras especies de aguas frías o que viven mejor en aguas templadas están "huyendo del calor" desplazándose a aguas del norte y considerándose cada vez más raros en el Archipiélago. Uno de estos ejemplos es el pez romero.

Con el plancton, principal línea de investigación del departamento de Biología Marina en el museo, pasa "lo mismo". "Aunque parezca que no, porque se traslada con las mareas, en los últimos 20 años hemos encontrado más especies de plancton de aguas tropicales", afirmó De Vera.