La mujer asesinada el lunes en Blanes (Girona) por su marido en el domicilio familiar, donde también se encontraban sus tres hijos, recibió más de veinte puñaladas, según la autopsia.

Fuentes de la investigación detallaron que las heridas aparecen en el tórax y en el cuello y que fueron realizadas con un cuchillo de grandes dimensiones, por lo que, aunque murió en el traslado a un centro sanitario, tampoco hubiera sobrevivido en caso de atención médica inmediata. Algunas de las lesiones de arma blanca eran mortales.