Del primer trabajo remunerado que desempeñó lejos del oficio de periodista le queda la rutina diaria de colocar libros en las estanterías. "Me lo dio don Antonio González y era de bibliotecario en el Campus Central de la Universidad de La Laguna", rescata en relación a un escenario al que regresa hoy, a partir de las 12:30 horas, para desencadenar un debate sin raíles con su amigo Manuel Vicent. El eje central de la entrevista que está a punto de arrancar es el protagonista de la exposición "Aprendiendo de otros. Homenaje al periodista y escritor Juan Cruz", que se puede visitar en la Sala de Arte Paraninfo Pablo González Vera. "En la muestra no están los libros que yo escribí, sino los que frecuenté a través de la lectura. Desde Pérez Minik a Günter Grass y a Manuel Vicent", revela el portuense Juan Cruz Ruiz minutos después de aterrizar en Los Rodeos.

¿Cómo nace este homenaje?

Yo creo que los organizadores han buscado una fecha redonda en mi calendario vital: los 70 años que voy a cumplir en septiembre. Es una exposición que estuvo en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC). La única condición que puse es que no estuvieran mis libros, sino los que me hicieron el lector que soy... Mi vida está anudada a la lectura, la literatura, el periodismo y el tiempo.

¿Qué es para usted leer?

(Silencio)... Leer ha sido mi vida entera. Yo estaba destinado a ser un empleado en cualquiera de las empresas en las que he trabajado; podía haberme quedado en la que empecé a ganarme una mensualidad siendo un chiquillo. Con el tiempo me he convertido en una persona que hace que los demás lean.

¿Y el tiempo?

Nunca he tenido muy en cuenta el paso de los años, pero no está nada mal llegar a los 70.

¿A día de hoy se siente más editor o escritor que periodista?

Yo nunca dejé de ser periodista. Es una profesión que conozco desde que tenía 13 años y he sido periodista de todo. Quizás, el económico es el que menos he practicado, pero a través de él llegué al fútbol, a la cultura, al género de la entrevista y al de opinión. Sigo escribiendo en EL DÍA, que fue el periódico que dejé para irme a EL PAÍS. Nunca he dicho no a un encargo. Por mí no ha pasado la vanidad, o no se ha quedado a hacerme compañía, ni la arrogancia de creerme que soy mejor o más que otros. Estoy en esa fase en la que trato de devolver a los periódicos en los que he estado lo que ellos hicieron por mí en el pasado.

¿Queda algo del bibliotecario que trabajó para la ULL?

Algo sí que queda: me paso todo el día ordenando y prestando libros.

¿Algunos creen que los libros no se deberían prestar, ni siquiera a los amigos más cercanos?

Un libro es la prenda de vestir que más abriga; en mi vida siempre han tenido un papel crucial.

¿Cómo sería su vida sin ellos?

No he tenido la desgracia de imaginarme una situación tan desfavorable... Me he pasado la vida tocando, leyendo, comentando o recomendando libros. El otro día estuve en un acto en El Ferrol en el que recordé algunas vivencias del chiquillo que decidió convertirse en un buen lector.

¿Qué tipo de vivencias?

Mucho antes de decidir que quería ser periodista iba a la papelería de Eladio Santaella, que estaba cerca del muelle del Puerto de la Cruz, porque allí trabajaba Manolo, un empleado que me permitía tocar los libros. Ahora hace "footing" por la zona del Taoro, pero cuando era joven me dejó tocar y leer "Javier Mariño", de Torrente Ballester. Con el paso de los años me hice amigo de Gonzalo y un día aprovechó que había ido a visitarlo para pedirle un favor a su mujer, que se llamaba Fernanda, que justifica el peso real que ha tenido la lectura en mi vida. "Tráele un ejemplar de la última edición de Javier Mariño a Juanito", le dijo antes de que me firmara un ejemplar que conservo con un gran cariño. Lecturas como esa son las que forman parte del itinerario de una exposición que yo no concibo como un homenaje, más bien es un regalo; un hermoso regalo.

¿Cuáles son las percepciones de un entrevistador en el momento de ser entrevistado?

La mayoría de las veces siento que debería ayudar más al periodista que hace las preguntas facilitándole unas respuestas algo más inteligentes, pero debo confesar que no siempre soy capaz de dar con ellas. Eso sí, lo intento.

Un paseo por La Laguna

La vuelta a casa no ha sido mala. Incluso, Juan Cruz admite que ha tenido la oportunidad de dormir. La llamada de EL DÍA le sorprende recorriendo el centro de San Cristóbal de La Laguna, la ciudad en la que encontró su primera oportunidad laboral ajena al mundo del periodismo. "Aprendiendo de otros. Homenaje al periodista y escritor Juan Cruz" se puede visitar de lunes a viernes, de 17:00 a 20:00 horas. Cada uno de los libros que se exhiben en la muestra ocultan una historia, algunas de las cuales saldrán en el diálogo que hoy mantendrán Juan Cruz Ruiz y Manuel Vicent en el corazón de la vieja universidad de La Laguna. El Premio Canarias 2000 de Literatura se siente cómodo al lado de un compañero de batallas con el que ha compartido redacción, horas en la editorial Alfaguara y muchas conversaciones en clave de amistad. "Me da muchísima vergüenza pedir un favor a un amigo, pero Vicent es mi hermano mayor", comenta sobre una cita que está organizada por la ULL. "Hablaremos de libros, de periodismo y de otros asuntos que vayan surgiendo en la conversación", adelanta el creador tinerfeño.