Tomas Martín es natural del pueblo de El Tablero, concretamente de la calle Turilago, lugar que lo vio nacer y que hoy, tal y como afirma, le "ha hecho perder salud y mucho dinero". La razón del conflicto se remonta al año 1998, cuando el ayuntamiento de la capital tinerfeña decide expropiar 351 metros cuadrados de unos terrenos de su familia para construir una carretera. Hoy, los hermanos Martín, Tomás y María Candelaria, y la madre, Norberta Díaz, sufren las consecuencias: "He batallado mucho y la situación ha empeorado, ya que tenemos que acceder al domicilio por un camino inaccesible para las ambulancias".

Sin ir más lejos, el pasado lunes un vehículo del Servicio Canario de Salud no pudo trasladar a la recién dada de alta, Norberta Díaz, a su hogar. El mal estado del camino y la altura de la vegetación provocaron que la anciana fuera transportada en una camilla sostenida por cuatro trabajadores de transporte sanitario. "Parece que vivimos en un país tercermundista. Mi madre ha sufrido tres ictus y tiene más de 90 años. No hay derecho y no se merece todo esto", sentencia el afectado. Asimismo, comenta que están pagando alumbrado público, alcantarillado y otros impuestos sin tener nada.

Concretamente son 150 metros los que separan el camino de tierra pedregoso, situado en la trasera de del antiguo centro ATAN de Telefónica, del domicilio familiar de Tomás. El problema, su carácter privado. "Mi padre cedió en su momento al Ayuntamiento de El Rosario un camino que le dicen La Vera, pero no se llegó a ejecutar porque pasó a Santa Cruz". Tras ello, el terreno pasa de suelo urbano a rústico agrario y la carretera prometida se vuelve una utopía.

"Tengo informes que dicen que era edificable a tres alturas o que, por ejemplo, el contenedor de basura más próximo está a 250 metros. A mi hermana, la asociación de vecinos la engañó diciendo que iban a hacer una piscina y demás cosas. No contaron conmigo ni con el titular, que era mi padre, vivo por aquel entonces. Esa firma no tiene validez ninguna y ahora no tenemos otra forma", indica.

A partir de ahí, la "bola" no ha hecho más que agrandarse y "lo que empezó como una expropiación amistosa", hoy se ha tornado en una auténtica historia de sufrimiento. "Entendemos que no es culpa del personal de las ambulancias y también que el camino es privado, pero han pasado 20 años y, desde el consistorio, no se nos ha planteado ninguna solución alternativa. Con carretera no pasaría esto", señala Tomás.

En este sentido, cuenta que, en múltiples ocasiones, el Catastro le ha intentado comprar diversa documentación importante por valor de 3.000 euros, pero que aún así "no piensa venderse de ninguna manera".

Hoy en día, Tomás tiene un permiso de obra emitido por Telefónica para efectuar unas reformas que deben ser por cuenta propia. "Ya me han dado tres permisos de este tipo y me he tenido que gastar entre papeleo y diversas obras con palas casi 20.000 euros para limpiar un poco al camino, pero de nuevo está en las mismas condiciones. Yo ya no puedo permitirme más gasto", asevera.

Los problemas con los vecinos también han sido recurrentes durante estos años, especialmente con uno de ellos. "Si todos los vecinos nos uniéramos y me ayudaran conseguiríamos algo, pero solo he recibido el apoyo de uno de ellos. Este muro se construyó sin ningún permiso por un vecino que ha dificultado todo y se ha negado a quitar ciertas cosas que entorpecen el paso", relata.

Después de 20 años de lucha, el oriundo de El Tablero ha perdido la esperanza de que le devuelvan las calles o que se ejecute la carretera, así que ya solo solicita que su caso llegue al Diputado del Común, y que desde Urbanismo le den, "de una vez por todas, una salida a toda esta batalla".

A este respecto, desde Urbanismo aseguran que desconocen el caso, pero que quieren sentarse con el afectado, estudiar el tema y buscar las líneas de actuación que se podrían llevar a cabo, a raíz de un informe previo de planeamiento. "Es curioso que sea ahora cuando quieran sentarse, ya que en un año son las elecciones. Llevo intentándolo mucho tiempo. Mientras viva, lucharé para que cumplan con lo prometido", concluye.