La Asociación de Hemofilia de Santa Cruz de Tenerife (Ahete) pidió ayer aumentar el número de especialistas para atender la hemofilia en Canarias. Como explicaron desde la asociación, coincidiendo con el Día Mundial de la Hemofilia, en la provincia de Santa Cruz de Tenerife solo existe una Unidad de Hemofilia, en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria. Un servicio que, aunque les satisface, requiere de más recursos especializados para atender de forma integral a la enfermedad.

Concretamente se refirieron a los traumatólogos que les atienden, ya que no suelen estar especializados en esta patología

Por otra parte, Beatriz García, trabajadora social de la entidad, también alertó de que existen dificultades a la hora de realizar el diagnóstico. "El problema es llegar al profesional", explicó García, que argumentó que el paciente muchas veces debe acudir Urgencias para saber cuál es su enfermedad, incluso, habiendo pasado anteriormente por su médico de cabecera.

La hemofilia es una enfermedad genética, rara y crónica que se empieza a vislumbrar desde edades muy tempranas. Se produce por la alteración de dos factores del cromosoma X que regulan la coagulación de la sangre, y puede ser tanto heredada como adquirida por mutación.

El déficit de estos "factores" se traduce en mayores sangrados, tanto externos como internos. La enfermedad se puede dividir en tres tipos, dependiendo de su gravedad, de tal forma que los pacientes con hemofilias más leves pueden tener una "vida normal", mientras que los más severos encuentran mayores dificultades en su día a día y a largo plazo.

Y es que se deben pinchar estos factores entre 2 y 3 veces en semana de forma intravenosa, suelen hacerse moretones con mucha facilidad y tienen posibilidades de adquirir una discapacidad con el paso del tiempo.

En Canarias esta enfermedad tiene una incidencia de 5 a 7 casos por cada 100.000 habitantes, según datos proporcionados por el Hospital Parque. Por su parte, al Servicio de Hematología del Hospital de la Candelaria acuden unos 207 pacientes al año, según la Consejería de Sanidad.