El episodio del incendio declarado el pasado lunes por la noche en el interior del antiguo Balneario ha supuesto que se volvieran a encender otra vez las alarmas. En este caso se trata de la tercera incidencia que se registra dentro de las instalaciones en los últimos cuatro años, según los registros de la Policía Local capitalina.

La sospecha de que el fuego fue provocado por la hora en que fue detectado evidencia que el acceso es lo suficientemente fácil como para que los pasillos y estancias puedan representar un auténtico riesgo de incendio por la gran cantidad de muebles, enseres y basuras que existen en sus estancias, según explicaron ayer vecinos que sí han podido entrar.

En esa idea se manejan personas preocupadas y defensoras de la ya olvidada rehabilitación de un inmueble que data de 1930 y que en su día fue referencia del santacrucero de a pie y que hoy se encuentra cerrado y en estado de semirruina por el abandono al que ha sido sometido durante años.

Hay que recordar que la última intentona para darle un uso fue la promocionada por el colectivo de asociaciones Habla. Juntos por San Andrés, que el pasado 25 de noviembre reclamó habilitar un centro de mayores en el espacio que sería complementario con un centro de salud que asuma el trabajo de la Casa del Mar.

La realidad es que el Balneario, dependiente del Gobierno de Canarias y el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo, tiene unos muros que se han convertido en un auténtico coladero y a raíz de ello se han registrado esas tres incidencias durante los últimos cuatro años en su interior.

Precisamente, en 2015 se produjo la más grave de todas. Según consta en los informes policiales, el 4 de julio de ese año, tres menores se colaron en la infraestructura para jugar y a uno de ellos se le cayó un muro encima. La fatal incidencia fue que resultó herido de consideración y tuvo que ser evacuado al Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, realizándose un informe policial a la Gerencia de Urbanismo sobre el estado del edificio.

Por otra parte, el 17 de diciembre de 2016 interviene la Unipol tras darse una alerta porque un grupo de menores se había colado en el interior. No se produjeron incidentes y se confirmó que se trataba de siete menores que entraron en la infraestructura y fueron protagonistas de actos vandálicos.

El tercer incidente fue el registrado el lunes por la tarde. En este caso, el 1-1-2 fue el que advirtió de la existencia de humo en el Balneario, presentándose la Policía Local y un camión de Bomberos.