Serenidad, lucha o poesía son solo algunas de las palabras que definen a Magdalena Sánchez Blesa. La licenciada en Filología Hispánica, cocinera, escritora y poeta ha decidido drenar el dolor de un cáncer de mama, diagnosticado en el pasado mes de junio, con un libro por y para sus niños: "Instrucciones a mis hijos". "Lo cierto es que la obra estaba pensada de antes, pero el hecho de sufrir esta enfermedad aceleró todo con el objetivo de dejarles un legado espiritual y moral".

Hoy ese legado será presentado, con su particular recitación, en el Círculo de la Amistad XII de Enero de la capital tinerfeña desde las ocho de la tarde. La escritora visitará la Isla, por primera vez, tras una gira nacional que ya ha pasado por varias ciudades españolas, incluida Las Palmas de Gran Canaria.

En apenas unos meses, la obra y sus poemas se han viralizado a través de las redes sociales dejando al descubierto una historia de superación y de amor hacia la vida y los demás. "Les debo mucho a las redes sociales", dice. Y es que su producción literaria ha llegado a miles de amantes de la poesía que se emocionan con unos versos que conforman todo un programa de vida para los más pequeños.

"La única filosofía de vida que entiendo es el amor", señala Sánchez Blesa. Asimismo apunta que intenta inculcar en sus hijos "que la vida no es fácil, pero siempre hay que vivirla con una sonrisa".

Bajo estas ideas se desarrolla un poemario que invita a escuchar y a no dejar pasar la historia de ninguna persona. "Mi madre siempre me dijo que no me perdiera nunca la vida de nadie. Por muy tonto que te pueda parecer un ser humano siempre tiene algo que enseñarte", indica la escritora.

En una época donde las tecnologías priman, Magdalena sigue ensalzando la poesía. "No es que se ponga o no de moda, ya que siempre lo está. A todo el mundo le gusta escuchar o leer cosas bonitas, pero es un proceso complejo y al final las tecnologías están siendo un perfecto acompañante", asegura.

En ese sentido, cuenta cómo durante toda su vida el escribir y los poemas han significado una escapatoria hacia dentro de sí misma. "Mi padre se muere cuando era pequeña y la poesía me salvó, por así decirlo, y me sigue salvando en el día a día. Hoy intento transmitir de manera escrita todo lo que me enseñaron él y mi madre".

Diez meses después de conocer la cruda noticia de su cáncer, la filóloga sigue afrontando la vida con optimismo y serenidad, su palabra favorita. "Siempre intento afrontar los obstáculos que se me presentan, como este cáncer, con un poquito de prudencia". A pesar de ello, reconoce que es normal que se tenga miedo en algunos momentos y "yo he pasado bastante miedo e incertidumbre con esto de la enfermedad".

Ante esto, la autora recomienda la receta de la serenidad. "Es imprescindible buscarla y ponerla en práctica porque cualquier situación va a mejor".

Con esta calma y demás ingredientes, Magdalena ha cocinado unas páginas que compara con la "cuerdecita" que llevan los espeleólogos atada al tobillo para no perderse en sus exploraciones. Porque, al fin y al cabo, ese es su propósito: guiar a los más pequeños por un camino de vida.

Magdalena Sánchez Blesa

licenciada en Filología Hispánica y poeta