Dos personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad, en un supuesto ataque a tiros al campamento instalado en los alrededores de la sede de la Policía Federal en Curitiba, donde está preso el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, denunció hoy el Partido de los Trabajadores (PT).

"El campamento Marisa Letícia, en el barrio de Santa Cándida, fue blanco de un ataque a tiros en la madrugada de este sábado. Dos personas resultaron heridas y una de ellas está hospitalizada", en estado grave, denunció la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, en redes sociales.

Decenas de simpatizantes de Lula acampan cerca de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, en el sur del país, desde el pasado 7 de abril, cuando el exmandatario ingresó en prisión para cumplir una pena de 12 años y 1 mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.

La Policía Militar de Curitiba confirmó que un hombre de 39 años fue tiroteado en el cuello en una calle próxima a la sede policial, donde supuestamente está instalado uno de los campamentos en favor del carismático líder, aunque se abstuvo de precisar si pertenecía o no a la militancia.

Por su parte, Hoffmann aseguró que el "ataque con más de 20 tiros" dejó dos personas heridas, entre ellas "un compañero del movimiento sindical de Sao Paulo" cuyo cuadro médico es "grave" y "con riesgo de morir".

"ÑEs un barbaridad! Tenemos que denunciar al mundo este estado de violencia en Brasil, motivada por el odio y por la intolerancia. No podemos callarnos ante la gravedad de lo que está pasando. Esperamos providencias rigurosas por parte de las autoridades de seguridad", reclamó la presidenta del PT.

Simpatizantes y miembros de movimientos sociales erigieron hace tres semanas un campamento, situado a unos cien metros del recinto policial donde el expresidente está recluido, con la intención de permanecer allí hasta ver en libertad a su líder.

Ante la dimensión que estaba tomando, debido a la llegada de decenas de militantes procedentes de diferentes partes de Brasil, los líderes de la ocupación acordaron con las autoridades locales trasladarse a otro espacio, situado a un kilómetro de distancia de la sede de la Policía.

Por otro lado, la Justicia prohibió cualquier tipo de campamento cerca de la comisaría bajo de una pena de multa diaria de 500.000 reales (unos 144.400 dólares).

A pesar de esa decisión, allí aún permanecen levantadas algunas tiendas de campaña desde las que se coordinan la comunicación, la asistencia médica, la recepción de nuevas caravanas y donaciones, según el PT.

Desde que Lula ingresó en prisión, varios parlamentarios afines, así como líderes políticos y sociales, como el premio Nobel de Paz Adolfo Pérez Esquivel, han intentando visitar al exmandatario en prisión, aunque la mayoría de las veces les ha sido negada esa posibilidad.

Por el momento, el carismático líder, que encabeza todos los sondeos de opinión de cara a las elecciones del próximo octubre, a las que todavía pretende presentarse, ha recibido la visita de sus abogados, algunos familiares y una delegación de senadores para verificar las condiciones de su encarcelamiento.

Para el próximo 1 de mayo, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, las principales centrales sindicales han convocado manifestaciones en la ciudad de Curitiba para mostrar su apoyo a Lula y pedir su libertad, entre otras reivindicaciones.