Mayte Pulido ha anunciado lo que era un secreto a voces desde hace al menos dos años: abandona el PP, formación política que tras conocer su decisión le ha pedido que entregue el acta de concejal en el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma.

Las diferencias de Pulido con los populares vienen de lejos. Nunca estuvo de acuerdo con que el antaño presidente insular y ahora regional de los populares, Asier Antona, decidiera apostar por otra persona como número "2" al Parlamento de Canarias en los últimos comicios, un puesto que entendía que se había ganado a pulso en la anterior legislatura.

Mayte Pulido aprovechó su Facebook para decir que "tras largo tiempo meditándolo he tomado la decisión firme e irrevocable de abandonar un partido en el que me afilié con ilusión hace casi 20 años. Me siento incapaz de seguir en un PP que no reconozco, que ha abandonado sus principios y que se ha convertido en un proyecto que ni asumo ni comparto. Con los acontecimientos de estos días me siento avergonzada y detesto las insultantes justificaciones de las mentiras".

La realidad sin embargo es que más allá de los acontecimientos a los que ahora hace referencia, la historia es más añeja. Pulido fue "desviada" a la lista de Santa Cruz de La Palma, como número "2", el PP perdió las elecciones y acabó en la bancada de la oposición. Nunca se integró en su grupo municipal y lleva casi todo el mandato actuando casi como edil no adscrita, votando incluso en algunas ocasiones en contra del resto de los que supuestamente eran sus compañeros.

Pulido apunta que "solo seguiré en política si se me permite aportar mis conocimientos en el ámbito sanitario, que es el que conozco y en el que puedo ser útil a los ciudadanos". Mientras, los populares le desean suerte en sus decisiones de futuro, pero sostienen que "tomada la decisión oficial de marcharse, aunque en el día a día ya era una realidad desde prácticamente el inicio de legislatura, entendemos que por coherencia debe entregar el acta al partido bajo cuyas siglas se presentó ante la ciudadanía".

El grupo popular considera lógico que aquellas personas que no se encuentren identificadas en un partido, "aunque hayan tenido el apoyo para desempeñar cargos de responsabilidad y siempre lo hayan hecho sin mostrar queja alguna", decidan tomar otro rumbo, pero entienden que "deben devolver a la formación política una representación que por ética no es unipersonal, sino de un colectivo".