El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) está acelerando las tareas de protección para las más de 700.000 personas, la mayoría de ellos niños, que aguardan inquietas la llegada del monzón al que es, a día de hoy, el mayor campo de refugiados del mundo: Cox''s Bazaar, en Bangladesh, hogar de los desplazados rohingya que huyen del Ejército birmano.

"Es un sitio de gran riesgo, principalmente por lo repentino que ha sido todo", explica a Europa Press la directora de comunicación de UNICEF, Paloma Escudero, en relación a la posición que ocupa el campo de Kutupalong, que acoge a la mayoría de los refugiados. La presión del Ejército birmano el pasado mes de agosto forzó la fuga en masa de los rohingya, quienes tuvieron que recibir alojamiento inmediato.

El pasado mes de enero, la ONU advirtió de que la enorme densidad de población del campo y la rapidez con la que tanto el Gobierno bangladeshí como las agencias humanitarias levantaron las infraestructuras mínimas de seguridad, alojamiento e higiene, han provocado que hasta 100.000 personas se encuentren en grave peligro de acabar sepultadas por corrimientos de tierra o inundaciones.

Las advertencias de la ONU han adquirido un cariz más urgente en estos últimos días, después de que, hace once días y según la ONG Save the Children, se produjeran lluvias seguidas de un fuerte aguacero en el marco de la temporada conocida como premonzón y previa a la verdadera temporada de lluvias, que en Bangladesh se espera que comiencen a finales de mayo o principios de junio.

En este sentido, Escudero indica que los preparativos para el monzón comenzaron el pasado mes de diciembre con las primeras tareas de refuerzo de las tiendas -- la mayoría de bambú --, y los preparativos de almacenamiento de agua potable y medicamentos "para la población más vulnerable". Asimismo, también están en marcha procesos de desplazamiento para los residentes que hasta ahora vivían en las zonas del campamento más susceptibles de acabar sepultadas por los deslaves.

Escudero ha declarado que el equipo de 150 personas de la agencia de la ONU pretende "agotar hasta el último momento" para completar los preparativos, y ha recordado que el fondo de la ONU ha puesto a disposición de los desplazados tanto centros de salud general como instalaciones de atención materno-infantil, en colaboración con el Gobierno bangladeshí, "que se ha comportado de manera excepcional".

Además, y según estimaciones del Fondo, más de 293.000 personas han recibido información sobre cómo pueden proteger sus hogares y a sí mismos frente a un huracán, y se han preparado suministros de agua y saneamiento como jabón, cloro o tabletas para potabilizar el agua.

"Hemos instalado letrinas, plantas potabilizadoras... tenemos que asegurarnos de que existan las suficientes", ha añadido Escudero, quien ha recordado que la organización ha abordado recientemente una campaña de vacunación específicamente dirigida a la población infantil contra enfermedades como la difteria o el sarampión.