El piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) venció ayer en Bakú, en la locura del Gran Premio de Azerbaiyán, beneficiado por el drama de su compañero, Bottas, que pinchó a dos vueltas del final cuando lideraba una carrera llena de choques e incidentes.

Hamilton, que logró su primer triunfo del año y se coloca además al frente del Mundial de pilotos, se encontró con un inesperado triunfo por delante de Kimi Raikkonen (Ferrari) y Sergio Pérez (Force India-Mercedes), que dejó sellado su octavo podio en el campeonato. Los españoles Carlos Sainz (Renault) y Alonso (McLaren) se clasificaron quinto y séptimo.

La estrecha pista urbana no defraudó en cuanto a espectáculo, en una carrera en la que hubo un tremendo pique entre los dos Red Bull que acabó con choque entre ambos y que obligó a reiniciar a falta de tres vueltas. Y el entonces líder, Bottas, acabó pinchando cuando tenía todo a favor y entregó el triunfo a su compañero. Es el primero del año para Hamilton y el número 63 de su carrera.

Bottas se había beneficiado de una acertada estrategia de neumáticos, al alargar los superblandos que tenía desde la salida y aprovechar el cambio de ruedas de Vettel (Ferrari), que salió de la "pole position" y lideró la carrera de forma plácida durante las 31 primeras vueltas. Cuando el finlandés se las prometía felices, líder y beneficiado para cambiar neumáticos por el choque entre los Red Bull, cuando el australiano Daniel Ricciardo embistió por detrás al holandés Max Verstappen en su pelea por el cuarto puesto, se convirtió en drama al encontrar restos de monoplaza en pista que provocaron el reventón de una rueda a dos vueltas de final.

El que se encontró con una victoria inesperada fue Hamilton, segundo hasta entonces, beneficiado del pinchazo de Bottas y al error de Vettel, pasado de frenada al intentar adelantar a Bottas, lo que le llevó a acabar cuarto y a perder el liderazgo.