La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha prometido "transparencia" para esclarecer el trato ofrecido por el Gobierno a los inmigrantes caribeños de la denominada ''generación Windrush'', después de que la presión ejercida sobre ellos se haya llevado por delante a la ministra del Interior, Amber Rudd.

Miles de inmigrantes llegaron a Reino Unido entre los años 1948 y 1971 para cubrir las carencias del mercado laboral, pero los permisos de residencia para miles de ellos y de sus descendientes quedaron en entredicho por el endurecimiento de ciertos requisitos.

Rudd dimitió después de que se conociese que existían objetivos específicos para la deportación y May ha avanzado este miércoles ante la Cámara de los Comunes que su Gobierno anunciará "un paquete de medidas para lograr transparencia en este asunto".

Así, ha reconocido la necesidad de que los diputados estén "informados" y, "lo que es más importante", que tengan claros sus derechos las personas que se han visto afectadas por todo este escándalo. La propia May ha admitido que pudieron haberse cometido errores durante su etapa al frente de Interior.