> Los opositores al presidente de Rusia, Vladimir Putin, han salido este sábado a las calles de todo el país como último gesto de protesta antes de la ceremonia de investidura del mandatario, que tendrá lugar el próximo lunes y que dará el comienzo oficial a su cuarto mandato presidencial, en lo que sus críticos describen como una exhibición de autoritarismo.

Putin se alzó en marzo con una holgada victoria que le permitirá gobernar hasta 2024, el líder ruso más longevo desde Stalin, que gobernó durante casi 30 años.

"Si crees que él no es nuestro zar, sal a las calles de tus ciudades", ha hecho saber uno de los más destacados líderes opositores, Alexei Navalny. "Forzaremos a las autoridades, compuestas por estafadores y ladrones, a contar con los millones de ciudadanos que no votaron por Putin", ha añadido Navalny, a quien se le prohibió presentarse a los comicios por tener antecedentes penales.

Navalny, que ha sido detenido y encarcelado en innumerables ocasiones por organizar protestas similares en el pasado, ha convocado manifestaciones en más de 90 pueblos y ciudades, incluidos Moscú y San Petersburgo, donde las protestas debían comenzar a las 13.00 (hora peninsular española).

Los activistas publicaron fotografías en redes sociales de cientos de manifestantes que ya han participado en concentraciones en las regiones más remotas del país, y OVD Info, una organización de derechos humanos que monitorea detenciones, dijo que había recibido informes de que la Policía ya ha detenido a unas 20 personas en todo el país.

Putin, de 65 años, lleva en el poder, ya sea como presidente o primer ministro, desde 2000. Respaldado por la televisión estatal y el partido gobernante, y acreditado con una calificación de aprobación de alrededor del 80 por ciento, sus seguidores lo elogian como "figura padre" de la nación, que ha restaurado el orgullo nacional y expandido la influencia global de Moscú con intervenciones en Siria y Ucrania.