Se acerca el verano y la playa de El Arenal, entre Bajamar y la Punta del Hidalgo, continúa con el acceso prohibido. Los desprendimientos llevaron años atrás a que las autoridades locales optasen por impedir el paso, aunque es habitual -el viernes, sin ir más lejos- que haya quienes se saltan la prohibición y utilizan el sendero. El problema no es nuevo. Situada a los pies de un acantilado, esta tranquila cala de arena negra -aunque de mar bravío- lleva dando de qué hablar al menos desde 1934 por su bajada.

La Prensa publicaba entonces en portada, concretamente el domingo 11 de marzo de 1934, una fotonoticia dedicada a este enclave: "La playa del Arenal, situada entre Bajamar y la Punta del Hidalgo, donde se proyecta construir una rampa de acceso, según propuesta que ha hecho el señor Rodríguez López a la Junta de Carreteras. Con esta mejora, la citada playa del Arenal, que reúne excelentes condiciones para los bañistas, se convertirá en un lugar de esparcimiento veraniego, que seguramente ha de verse muy concurrido".

Pasaron las décadas, llegaron los años dorados del turismo en Bajamar y la particular orografía del lugar siguió generando dificultades. Fue por aquellos días cuando se llegó a fantasear con una isla artificial que se ubicaría frente a la playa. Al calor del éxito de visitantes extranjeros que registró la zona, unos inversores encargaron hace más de 40 años un proyecto para construir 401.000 metros cuadrados residenciales, 148.000 de red viaria, 16.000 para un centro recreativo y 205.000 de espacios libres. En total, 770.0000 metros y una población prevista de 6.000 personas. Hasta se estimó que el plazo de ejecución sería de cuatro años y que el coste rondaría los 1.200 millones de pesetas. Pero llegó la riada de 1977 y la actuación quedó en el olvido.

El cierre definitivo llegaría en 2010. Se habían producido desprendimientos de importancia y el episodio de Los Guíos, en Santiago del Teide, en el que dos mujeres perdieron la vida, estaba reciente. Dos años después, el área de Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de La Laguna anunció su deseo de abrir cuanto antes El Arenal. La decisión fue encargar a la empresa Traverca un informe detallado sobre el estado del acantilado (desde el edificio Nautilus, en Bajamar, hasta el barranco de la Punta del Hidalgo), y se calculó que el coste de colocar una malla por toda la ladera, de unos cuatro kilómetros, era de alrededor de un millón y medio de euros.

La llegada de las elecciones de mayo de 2015 llevó al hoy concejal no adscrito Javier Abreu, que era el candidato del Partido Socialista (PSOE), a expresar su intención de que exigiría tanto al Cabildo de Tenerife como al Gobierno de Canarias la aportación de una partida presupuestaria de un millón de euros para iniciar unas obras que permitiesen abrir la playa. Ya en abril de 2017, la Policía Local tuvo que desalojar una acampada y procedió a la identificación de 48 personas, de las que 26 eran menores.

El futuro no está claro. Fuentes oficiales del Ayuntamiento de La Laguna apuntaron el viernes que el proyecto de la playa y dirigido a para garantizar su uso corresponde a la Demarcación de Costas, el Ejecutivo regional y el Cabildo.