Vino para una feria en verano y se instaló en Tenerife hace ya cuatro años. Natural de Barcelona, Cristina Valdés ganó el primer premio a la Mejor Obra Contemporánea de la Feria de Artesanía que concluye hoy en el parque García Sanabria. Hace dos años instaló su taller en la chicharrera calle de San Antonio, en El Toscal. Experta en instalaciones y esculturas efímeras, se adentró en el reciclado -de plásticos y CD- como solución para abaratar costes en la realización de una escultura en 2006 en Tarragona. Medía seis metros de alto, coronada por un hombre y una mujer que parecían suspendidas en la parte alta.

"Vivir del arte es difícil, es más fácil malvivir de la artesanía. Ya de la escultura ni te cuento", comenta sin perder la sonrisa. Una de las razones para instalarse también es la Isla es que necesita trabajar al aire libre, porque los materiales con los que se maneja son muy tóxicos, explica. Autodidacta en la técnica, es capaz de dar apariencia de cristal al plástico que recicla. Lleva tres años viniendo a la feria del García Sanabria y en 2016 ganó un segundo premio, en 2017, un tercero, y esta edición, un primero.

En su estand hay dos clases de productos: los más llamativos, como lámparas, bolsos o hasta una pajarita y lo que vende más, según la clasificación que establece esta artista. Lo más demandado son los pendientes, también la argolla canaria, un colgante en forma de bola que lleva en su interior arena y sal de las playas. "Ni pesa, ni se rompe". Es el sello de garantía con el que vende su trabajo. Detrás de Cristina se encuentra una gran filósofa: "No vender me ha hecho vender mucho", pues siempre ha buscado nuevos proyectos.