Prohibido bajar los brazos. La consigna enviada, pública e interiormente, por parte de Joseba Etxeberría en los días previos al descafeinado partido en Reus era clara: no iba a permitir relajación alguna de sus futbolistas en un partido con más que perder que ganar para los blanquiazules. Se trataba de no ensuciar este final de temporada con malos resultados y peor imagen. Se trataba, en definitiva, de afrontar el choque en tierras catalanas con la intensidad impregnada por el técnico de Elgoibar desde que pisó la Isla a comienzos de Febrero. Durante la semana también los jugadores habían apelado a las todavía -remotas- opciones matemáticas de llegar a la sexta plaza como acicate para salir en Reus con el cuchillo entre los dientes. Aunque es de suponer que el cuchillo no era de los que matan, visto lo visto tras lo sucedido en feudo reusense, en un partido sin fluidez ni espíritu de un apático CD Tenerife.

Por si fuera poco, el cuadro de Etxeberria jugó con superioridad numérica 68 minutos, tras ser expulsado el capitán de los locales en el minuto 22 tras apreciar el colegiado agresión de Olmo a Juan Villar en una disputa. Ni siquiera eso ayudó a encontrar la motivación suficiente en los tinerfeños que, once contra once, se vieron claramente superados por el conjunto tarraconense. Joseba Etxeberria planteó un partido con sustanciales modificaciones en la alineación, tanto en nombres como de ideario futbolístico, dando entrada a Jorge, sacrificando a Aveldaño, a Juan Villar, Juan Carlos Real y Filip Malbasic, otorgando a Luis Milla más libertad de movimientos, junto a Juan Carlos por el medio, pero dejando a Alberto de único pivote, con Villar y Malbasic por los costados y Casadesús de delantero. El Reus le empezó a poner picante al partido muy pronto, con varias acciones que salvó bien Dani Hernández, y sacando cuatro saques de esquina en los primeros 10 minutos hasta que llegó el uno a cero en el 11 de partido tras una gran jugada de Yoda, en la que la penetración del costamarfileño por la derecha acabó con un balón suelto que no desaprovechó Miramón para batir a Dani de tiro inapelable.

Ese tramo del partido fue local, con un Reus muy confiado en su estilo de combinación y apertura, con estiletes como Yoda, Miramón y Menéndez que percutían una y otra vez por las alas. Hasta que llegó la jugada de la expulsión de Olmo, que desde los 22 minutos dejó a su equipo con un jugador menos y el Tenerife aprovechó para en una de sus llegadas empatar con un gran gol de Juan Villar, en la que el onubense se fabricó él solito el tanto que equilibraba el partido 27''). Pero fue un espejismo, porque sin precisión ni determinación, el cuadro blanquiazul se fue apagando bajo la tromba de agua que cayó toda la primera parte en Reus. Tras el descanso, se esperaba a un Tenerife más decidido, más brioso en busca de la victoria, pero nunca dio sensación de ambición el combinado tinerfeño, que, aunque tuvo algo más de control de partido, fue totalmente estéril hacia la portería rival.

Además la salida al campo de Fran Carbiá iba a reactivar al equipo catalán, que tuvo en ese futbolista al protagonista de tres acciones de mucho peligro que salvó de milagro el elenco de Etxeberría. Sin soluciones en el verde, Joseba las buscó en el banquillo, dando entrada a Mula primero y Paco Montañés poco después, pero sin éxito alguno, ya que la trinchera defensiva del Reus nunca fue superada por un inofensivo Tenerife. Realmente, la segunda parte fue una demostración de la desconexión de este equipo en estos últimos partidos, sin aparente motivación y sin esos estímulos solicitados por su entrenador.

Un poco de Villar, otro tanto de Víctor Casadesús, mucho menos de Malbasic, y la intermitencia de Juan Carlos fueron menguando las posibilidades de triunfo del CD Tenerife ante un oponente que tuvo más arrestos con un futbolista menos para tirar hacia adelante en busca del gol, con menos nombres en sus filas, pero más amor propio que un desnutrido conjunto tinerfeñista, que ni siquiera agotó el tercer cambio y acabó el partido con la desagradable sensación de estar dejándose ir en esta recta final de temporada.

Un empate final que deja la pírrica cifra de dos puntos de los últimos quince disputados, y que está logrando enfurecer a una afición que se siente timada en sus ilusiones de una temporada que se está haciendo insufrible.

1-1

REUS TENERIFE

CF Reus Deportivo: Édgar Badía (1), Miramón (2), Pichu Atienza (1), Olmo (s.c.), Álex Menéndez (2); Juan Domínguez (1), Tito (1), Vitor Silva (1); Karim Yoda (2), Máyor (0), y Lekic (0). En el minuto 59, Máyor dejó su puesto a Fran Carbiá (1); en el minuto 67, Édgar Hernández (s.c.), sustituyó a Lekic; y en el 79, Guzzo (s.c.), entró por Vitor Silva.

CD Tenerife: Dani Hernández; Luis Pérez, Carlos Ruiz, Jorge, Camille; Alberto, Milla; Juan Carlos, Villar, Casadesús y Malbasic. En el minuto 58, Mula sustituyó a Alberto; y en el minuto 68, Montañés reemplazó a Juan Carlos.

Árbitro: Jorge Valdés Aller (1), del Comité Castellano-leonés, Samuel García Aguilera y Daniel Pescador Hernández fueron sus asistentes. Expulsó con roja directa al local Olmo (23''), tras una presunta agresión a Juan Villar que le había entrado duro. Amonestó a Juan Carlos (65''), Camille (75''), y Pichu Atienza (93'').

Goles: 1-0, m. 11: Jorge Miramón, de disparo duro desde cerca tras un rechace; 1-1, m. 27: Acción individual de Juan Villar que acaba batiendo a Badía con un excelente tiro cruzado a media altura.

Incidencias: Partido de la jornada 39 de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio municipal de Reus ante 2.208 espectadores, según cifras oficiales. Terreno de juego en buenas condiciones en noche desapacible, con unos 14 grados y con lluvia intensa y tormenta durante la primera parte. El Tenerife llevó luto por el fallecimiento de Francisco Medina Mateos (Paquito), exjugador blanquiazul en la temporada 68-69. Suso fue el descarte de Etxeberría de la convocatoria. Miguel Concepción asistió al partido. Un grupo de aficionados del Tenerife animaron a su equipo desde la grada.