Pasa desapercibido en medio del extenso Valle del Cercado, a unos cientos de metros del núcleo principal de San Andrés, pero no deja de ser un caserío más de la capital con necesidades, algunas de ellas sin solución desde hace años.

El Regente, en el que habita un centenar de vecinos, está formado por unas quince viviendas construidas en las ladera derecha -sentido subida- del barranco del Cercado, curiosamente fuera de los límites del Parque Rural de Anaga. En apariencia, no dista mucho de otros núcleos del municipio de Santa Cruz. Sin embargo, tiene algunas características que lo hacen diferente.

Para empezar, el grupo de viviendas está fuera de ordenación, como ocurre con otras zonas de la capital. Este hecho ha motivado que, durante años, el ayuntamiento no haya podido darle la ordenación urbanística necesaria. Por no tener, no tiene ni una entrada para vehículos.

Los vecinos acceden a sus viviendas a pie, a través de un camino de cemento que se ha llevado en varias ocasiones la fuerza del agua y que no siempre está bien cuidado. Es decir, que no hay posibilidad de que, como ocurrió hace poco tiempo, con el incendio de una vivienda, pueda acceder un servicio de emergencias.

Lo mismo ocurre cuando hay que trasladar a alguna persona enferma. El recorrido debe hacerse a pie, por ese camino, a hombros o en alguna silla que debe sortear los baches que ya se han producido en el cemento.

Para tratar de resolver el primer asunto, el de la ordenación, la comisión Habla. Juntos por San Andrés ha propuesto al ayuntamiento que, en la revisión del Plan General de Ordenación (PGO), declare a El Regente como asentamiento rural. "Eso daría base para ordenarlo. Sin planeamiento no hay obras mayores", detallan. "Y la Gerencia de Urbanismo dijo que lo iba a tener en cuenta", aseguran.

Entre tanto, el consistorio de la capital, a través del distrito de Anaga, llevará a cabo próximamente una serie de pequeñas obras para mejorar la accesibilidad al caserío y, así, la vida de sus vecinos.

Pero esa será solo una parte de la solución a los problemas. Otros, que también se arrastran desde hace años, competen a otra administración, el Cabildo de Tenerife.

En concreto, se trata de la expropiación de una casa que hay al borde del barranco, que se ha enconado a lo largo del tiempo. Según cuentan los vecinos, en este tramo no se ejecutó la canalización, que sí se hizo en otros, tras las inundaciones del 31 de marzo de 2002, al no haberse expropiado la vivienda.

Ahora, el agua tiene que hacer una curva y pasar por un pequeño túnel de apenas metro y medio de altura, aproximadamente, que no siempre es suficiente para asumir tanto caudal.

"Solicitamos que se cierre este asunto de una vez. Es un peligro tanto para El Regente como para San Andrés", enfatizan desde Habla. Juntos por San Andrés.

La última comunicación al respecto la tuvieron a finales de 2017, cuando les confirmaron que el área insular de Medio Ambiente había trasladado todo el expediente al Consejo Insular de Aguas, organismo que deberá encargarse de ejecutar la expropiación. "Insistiremos para que se cierre ese expediente", concluyen.