Tres de cada cuatro personas en Canarias creen que la prostitución no debería prohibirse, según un estudio del Instituto Canario de Igualdad elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL). El informe, que se ha nutrido de las opiniones de 1.500 canarios -hombres y mujeres- mayores de edad, advierte del proceso de "normalización de la violencia sexual contra las mujeres".

Uno de los datos más llamativos del informe que ha coordinado la socióloga Esther Torrado es que se confirma que hay una relación directa entre el consumo temprano de pornografía y la demanda prostitucional. "El consumo de pornografía es anterior al prostitucional y constituye la antesala del sexo de pago", señala el documento.

Así, el medio más habitual de acceso a la pornografía son los vídeos gratuitos a través de la red y solo una minoría accede a través de televisiones locales y fotos en revistas.

El proceso de normalización de la prostitución no ocurre solo en Canarias, sino que se repite en el resto del país. El ICI ha creído conveniente acometer esta investigación para conocer la percepción de los ciudadanos ante los crecientes reclutamientos de mujeres y el aumento de la demanda de prostitución, que supone "una amenaza respecto a los principios de igualdad".

El estudio, además de la encuesta, incluye entrevistas en profundidad a una treintena de clientes. Estos varones son, en su mayoría, consumidores de prostitución y pornografía de forma habitual y simultánea. Son, por lo general, favorables a la regulación de la actividad.

Entre los usuarios hay casados y solteros. Se dividen en dos grupos. El primero es el de los "mercantilistas misóginos" y engloba a aquellos que consideran que "la prostitución es una actividad fácil donde las mujeres se mueven por el vicio y el dinero". El segundo es el de los "mercantilistas dominantes", aquellos que ven la prostitución como "un servicio necesario o una actividad de ocio". Por último, hay un grupo minoritario de hombres que ha abandonado el consumo de prostitución y es favorable a su prohibición u abolición, ya que ve esta práctica como "una actividad violenta contra las mujeres".

Iniciación sexual y forma de "ocio masculino"

El informe advierte de que para un sector de los hombres la prostitución constituye un ritual iniciático a la sexualidad iniciado con el grupo de iguales y que continúa como práctica habitual colectiva. También forma parte de las actividades de ocio masculino -como "festejos, celebraciones, despedidas de solteros, finalización de estudios, cumplimiento de la mayoría de edad"- o negocio - "cierre de negocios, comidas de empresas".

El estudio confirma que la tolerancia hacia el fenómeno de la prostitución está avanzando entre los más jóvenes. Según los investigadores, "hay una posición de indiferencia ante la prostitución cuanto menos edad tenga la persona encuestada". En concreto, el 32% de los menores de 30 frente al 11% de las mayores de 61.

También se observa que las mujeres casadas tienden a considerar la prostitución como una cuestión privada en mayor medida que las solteras (44% frente al 38%). Ocurre lo mismo entre los varones: los casados tienden a pensar que es un tema íntimo en mayor medida que los que viven solos.

Llama la atención que casi la mitad -el 42%- lo considera un asunto privado y "no actuaría de ningún modo" si conociera a alguna persona que acuda a la prostitución.

Además, un porcentaje elevado, casi la mitad de los encuestados, cree que las mujeres "se prostituyen por placer", un dato que es "llamativo y contradictorio" con el resto de las respuestas.

Más del 90% de los encuestados cree que las mujeres venden su cuerpo por necesidad; el 86% considera que se hace para ganar dinero; el 71% por falta de empleo; y el 48%, porque le gusta.

En cualquier caso, las razones que encuentran las personas que han participado en el estudio están relacionadas con motivaciones "no estrictamente voluntarias".