Hemos visitado Adánez, una clínica dental en Oviedo a través de la cual hemos podido conocer muchos detalles relacionados con las nuevas técnicas y tecnologías a través de las cuales, a día de hoy, solventar cualquier problema bucodental no es sólo mucho más sencillo e indoloro, sino que además también obtenemos mejores resultados. Sin embargo, la mejor forma de conseguir una boca sana es precisamente a través de los cuidados diarios. Es por ello que os vamos a dar una serie de recomendaciones a través de las cuales intentaremos ayudaros a que disfrutéis de una buena salud bucodental.

Antes de cepillarte, debes utilizar hilo dental

Es muy importante que, antes de proceder a realizar un cepillado, utilice es hilo dental, ya que de esta forma tendrás la posibilidad de eliminar todos los restos que se hayan ido acumulando entre los dientes e incluso en la base, debajo de las encías.

Este proceso lo deberemos realizar al menos una vez al día, consiguiendo de este modo un fantástico resultado opuesto que lograremos una limpieza más profunda, permitiendo que el cepillo pueda hacer entre los dientes, además de que también evitaremos que se acumule el sarro en esta zona.

Aprende a cepillarte adecuadamente tanto dientes como encías y lengua

Pero utilizar tan sólo el hilo dental evidentemente no va a ser suficiente, de manera que el siguiente paso es optar por cepillarlos con un cepillo que tenga una dureza media y con una pasta dentífrica de calidad.

También es esencial que aprendamos a cepillarnos adecuadamente, ya que es bastante habitual que lo hagamos de cualquier manera y, al final, el efecto que conseguimos no es tan óptimo como debería.

Lo ideal es cepillar la mandíbula superior de arriba hacia abajo, la inferior de abajo hacia arriba, logrando de esta forma extraer los restos que haya quedado entre los dientes, y por supuesto no debemos olvidar pasar el cepillo por el resto de la boca, lo que incluye la lengua, las encías así como los laterales y el paladar.

El irrigador dental, un recurso muy útil y efectivo

Con los pasos que hemos detallado previamente, tendremos suficiente para poder disfrutar de una buena higiene bucodental, pero es importante que también nos planteemos la posibilidad de incorporar el irrigador dental a nuestra rutina diaria, de manera que lo utilicemos al menos una vez al día.

Un irrigador dental es básicamente un aparato que aumenta la presión del agua, de manera que obtenemos un chorro fino y muy efectivo para poder realizar una limpieza profesional, garantizando que vamos a limpiar no sólo perfectamente entre los dientes, sino también debajo de las encías, una zona donde es bastante habitual que se acaben acumulando restos de manera que da lugar a problemas que van desde el mal aliento hasta las infecciones que producen inflamación.

Por esa razón, si tenéis tendencia a estos problemas, lo mejor que podéis hacer es optar por utilizar este tipo de dispositivo, el cual, además, en función del modelo que adquiramos, también nos va a permitir incorporar colutorio con el objetivo de realizar una limpieza y desinfección profunda de nuestra boca.

No olvides visitar de forma regular a tu dentista de confianza

Pero todo lo anterior no nos va a ser suficiente para garantizar una perfecta salud bucodental, de manera que nuestra recomendación es que acudáis de forma regular a vuestro dentista de confianza con el objetivo de realizar una revisión. Para adultos, con acudir una vez al año puede ser suficiente salvo que existan problemas habituales que deban ser detectados con antelación, mientras que para los niños, lo ideal es acudir una vez cada seis meses, con lo que tendremos la total garantía de que la boca está evolucionando adecuadamente y no hay ningún elemento que pueda perjudicar su salud.

A través de esta revisión se podrán detectar anomalías, además de que también sabremos cuando ha llegado el momento de realizar una limpieza o someternos a cualquier tipo de proceso que evite problemas de cara al futuro.