El colectivo Salvemos la Historia, asociación cultural que tiene como último fin el rescate de la historia y de la memoria de los antiguos vecinos y barrios de Los Llanos, El Cabo, Las Cuatro Torres y San Sebastián, demandó ayer el uso de la histórica Casa de la Pólvora como espacio museístico y cultural.

En este caso, la Casa de la Pólvora es un edificio histórico que fue en su momento almacén militar y que está ubicado en el ámbito del Castillo Negro (San Juan) y la explanada de aparcamientos del Parque Marítimo, lo que fue antiguamente el barrio de Los Llanos. El inmueble es objeto de deseo de la asociación para que albergue en su interior un espacio permanente para la memoria social de estos antiguos barrios capitalinos ubicados junto al mar y que contribuyeron al desarrollo del Santa Cruz actual.

Son los mismos enclaves que dieron pie a explicar por qué a los santacruceros se les conoce con el gentilicio de "chicharreros", término despectivo con el que se conocía a los vendedores de pescado de la capital y que hoy en día se ha convertido en un signo de identidad, no solo de los vecinos de la ciudad, sino de la Isla en el exterior.

Pero la historia de los barrios de Los Llanos, El Cabo, las Cuatro Torres y San Sebastián se escribe de otra manera, a través de la memoria y los recuerdos de los vecinos que una vez vivieron en lo que es hoy en día zona portuaria, espacio de ocio o museo vegetal. Los mismos vecinos que fueron desperdigados por barrios periféricos de la ciudad por intereses urbanísticos.

Esa es la idea que defienden los miembros de la asociación cultural, Antonio Martín y Celso Santana, que luchan desde hace años por que la Casa de la Pólvora sea reconvertida por el ayuntamiento en espacio museístico "sobre personas que fueron obligadas a salir de sus casas y que todavía hoy en día se les percibe con cierto trauma psicosocial. Se ve que el recuerdo de los barrios existe sin existir físicamente la parte habitacional. Es una diáspora chicharrera", apuntó el primero.

Recuerda que cuando en los años 40 y 50 se hizo la reestructuración en el plan de urbanización de la zona, "se hizo una reparcelación para las ubicaciones que al final desapareció y sus habitantes fueron desperdigados por La Salud, San Pío, Somosierra, Chimisay, Taco... Y lo doloroso es que esos barrios aportaron mucho a la identidad de Santa Cruz y eso se ha dejado en el olvido".

Precisamente, esas caras, las vivencias e historias y las personas son el objeto de un plan para que la Casa de la Pólvora acoja en su interior parte de la identidad "que nos negamos a que se pierda" y que desean que pivote, exclusivamente, "como un espacio para la recopilación y creación de fuentes orales para la historia y la antropología de la zona; de consulta e investigación; y expositivo para conferencias, debates o exposiciones de artes plásticas, entre otras", añadió Martín.

Serían zonas compartimentadas dentro de un inmueble que gestionaría el propio ayuntamiento, "no es para nosotros, sino para la ciudadanía y en el que participaríamos como lo hace el colectivo de La Gesta con sus actividades compartidas".

Antonio y Celso apuestan por que la Casa de la Pólvora mezcle de forma ordenada unas ideas que tienen como último fin que la memoria de los antiguos barrios de Los Llanos, El Cabo, Las Cuatro Torres o San Sebastián perviva para futuras generaciones.