El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha insistido hoy en que la privatización de la entidad es "la mejor opción" para España y "no se puede eternizar", al tiempo que ha considerado que convertir al grupo financiero en un instrumento de banca pública sería un "despropósito".

Sin hacer alusión a un impuesto a la banca como el que apoyaba el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado que se mantenga una sombra permanente de sospecha sobre la banca que crea un caldo de cultivo en la sociedad, en virtud del cual se pueden tomar decisiones erróneas.

En el corto plazo, esas iniciativas pueden ser aplaudidas, pero en el medio y largo plazo afectarán al bienestar de los ciudadanos, ha advertido durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera.

El banquero ha lamentado que la sociedad esté "decepcionada" con la banca y ha hecho un repaso de sus años al frente de Bankia para recordar que su plan de saneamiento era inferior a la ayuda que finalmente decidió Europa de 22.424 millones de euros -19.000 millones que se suman a 4.465 millones recibidos inicialmente-.

Aunque no ha querido entrar a valorar qué importe de esas ayudas se podrá recuperar con Bankia, en la que el Estado tiene aún una participación superior al 60 %, ha defendido la utilidad del rescate, menor que los 60.000 millones que habría costado garantizar los depósitos de los clientes.

A quienes plantean la opción de dejar a un lado o aplazar la venta de la entidad, Goirigolzarri ha dicho que "no hay necesidad" de alargar el plazo establecido, que finaliza a cierre de 2019, y a quien propone convertir Bankia en un banco público para dar créditos, ha señalado que nunca ha funcionado, pues conduce a "crisis financieras en todos los casos".

La entidad, ha vaticinado, acabaría tomando riesgos que rechaza el resto del mercado, al igual que ha hecho el ICO, que cuenta con líneas de créditos a empresas con una tasa de morosidad del 83 %.

Por eso, ha abogado porque el Estado disponga de los recursos para otros fines como la educación o la sanidad y no para ser accionista de un banco en un momento en el que España cuenta con un sistema "sólido y eficiente".

Tanto es así, ha explicado, que el sector permite que las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas se financien a tipos más baratos que las alemanas y el coste de las hipotecas sea el más bajo de Europa, junto con Finlandia y Portugal, "un coste claramente inferior al de países como Alemania, Francia e Italia".

Si la banca española está bien capitalizada y cuenta con suficientes provisiones es porque se ha hecho un esfuerzo en saneamientos equivalente al 28 % del producto interior bruto (PIB) y un ajuste "muy doloroso", porque se han cerrado casi el 40 % de las oficinas y se ha reducido la plantilla en más de 80.000 personas, ha añadido.

A pesar de la concentración del sector, Goirigolzarri ha asegurado que el nivel competitivo de la banca es "altísimo" y prueba de ello es que actualmente hay una "guerra" de hipotecas y ofertas continuas para empresas.

También ha rechazado que haya exclusión financiera, porque aunque 4.100 pueblos no cuenten con una sucursal, desde el estallido de la crisis esa cifra ha aumentado en 540, y en total apenas suponen el 2,7 % de la población, al tiempo que se ha comprometido a no desbancarizar ninguna población.

No ha querido entrar a valorar la salida a bolsa de Bankia, pero ha defendido que las cuentas que sirvieron para el debut bursátil eran "correctas".

A preguntas de los diputados, ha justificado la venta de Bankia del rascacielos diseñado por Norman Foster en la zona norte de Madrid y la de una participación cercana al 5 % en la firma de capital riesgo Neotec a Montana Capital Partners, de la que es accionista su mujer por una decisión del gestor de su patrimonio.

Con la vista puesta en el futuro, ha pedido seguir avanzando en la unión bancaria europea porque "queda todavía mucho por hacer".

En su opinión, se debe mejorar la provisión de liquidez para permitir una mejor gestión de la etapa final de los bancos intervenidos y constituir un fondo de garantía de depósitos común.