La Audiencia Provincial ha absuelto a J. C. E. G. del delito de intento de asesinato a su hermana a causa de la enfermedad crónica mental con daños neurológicos que padece. No obstante, se le impone la medida de seguridad de libertad vigilada que consiste en la obligación de someterse a control médico externo adecuado durante un tiempo máximo de dos años.

El día 27 de noviembre de 2016 el procesado se dirigió a su hermana, que estaba visitando a su madre en la casa que ambos compartían en el centro de Santa Cruz. En aquel momento, el hombre profirió contra ella amenazas de muerte y le asestó dos puñaladas con un cuchillo de cocina de unos once centímetros de las que una fue a parar al antebrazo derecho y otra en el costado.

La mujer logró escapar tras empujar a su hermano y llegó a la calle, donde pudo ser atendida por transeúntes y servicios sanitarios. La víctima sufrió daños en el hígado y una pequeña incisión en el brazo que requirieron de 16 días para su curación, de los que seis estuvo hospitalizada y cuatro permaneció en la UVI. El procesado padecía desde 2003 una enfermedad neurológica denominada encefalopatía cortical difusa crónica que le produce un gran deterioro cognitivo, con déficits de la memoria de fijación, capacidad procesual y gran impulsividad pese a estar medicado.

También presentaba una gran alteración de conducta que se concretaba en ideas delirantes de la madre en relación a su propia hermana.

La Audiencia considera probado que este deterioro afecta a su capacidad de procesamiento de la información, da lugar a falta de autocrítica y gran impulsividad, anulando completamente sus facultades cognitivas y volitivas.

La declaración de la víctima

En el juicio, la hermana dijo que durante el tiempo que el agresor estuvo con ella consiguió que mejorara de su enfermedad pero que al irse a vivir con la madre empeoró debido a los mensajes negativos que esta le daba sobre su persona.

Rechaza la indemnización

La hermana se ha encargado de su custodia durante el tiempo que ha estado fuera de los centros médicos y declaró que la animadversión contra ella ha terminado tras la muerte de su madre. Tampoco reclamó ningún tipo de indemnización.