En la última semana, en el sur de Tenerife se han encontrado hasta 60 ejemplares en total de gallitos verdes (Stephanolepis hispidus) y tamboriles (Sphoeroides marmoratus) -30 por cada especie-. A estos peces a los que no se les atribuye este comportamiento, cosa que sí ocurre con los trompeteros.

Esta es la razón por la que la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias ha decidido estudiar el origen de estos varamientos, encontrados gracias a la Red Promar, en la playa del Médano, en el sur de Tenerife.

El estudio correrá a cargo del Servicio de Acuicultura y Biotecnología de Alta Especialización (SABE) del Instituto EcoAqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde ya han sido enviados algunos de estos ejemplares. Dicha investigación podría tardar semanas en completarse.

Desde la Viceconsejería de Medio Ambiente no se atreven a establecer un motivo por el que esto esté ocurriendo, aunque afirman que no hay razón para "alarmarse". Este hecho, no obstante, recuerda a uno similar ocurrido a una especie de erizos de púas largas hace unos años.

Como recuerda el biólogo marino Alejandro de Vera, los erizos murieron a causa de una bacteria que floreció en su hábitat. Por esta razón, tanto el experto como la viceconsejería coinciden en que una de las posibles razones de estos "inusuales" varamientos puede ser la acción de una bacteria.

No obstante, De Vera, llamó a la calma, "las bacterias se encuentran en el océano como lo están en nuestro cuerpo" y, cuando proliferan, pueden causar una enfermedad de la misma manera.

La viceconsejería recordó que ya desde mediados del mes de junio, se ha reportado a través de la Red Promar la presencia de ejemplares de trompeteros (Macroramphosus scolopax) en algunas zonas de la costa. No obstante, este sí que es un fenómeno común en este periodo del año.

Durante primavera y verano los trompeteros más pequeños y "con poca capacidad de natación", que son de vida pelágica, se acercan a la costa huyendo de sus depredadores, lo que provoca que acaben varados.

No es tan usual en las especies halladas muertas en la costa, ya que son especies que viven en los fondos marinos, y por esta razón, se ha decidido estudiarlo.

La Viceconsejería destacó la labor de los más de 700 pescadores y buceadores que componen la Red Promar, pues gracias a ellos se ha podido detectar este fenómeno a tiempo para "actuar de manera inmediata".