El nombramiento de Ornella Chacón en Puertos del Estado sí es una decisión de calado. Supone colocar a una mujer con formación, experiencia y recursos personales al frente de uno de los organismos claves para el futuro de Canarias. Un organismo en el que -además- el PSOE tiene que replantearse algunos asuntos importantes, especialmente su posición en relación con la salida a la situación de la estiba, donde los socialistas mantuvieron desde la oposición una actitud confusa. Ahora deberán fijarla. La presencia de la majorera Chacón en Puertos del Estado es una pequeña victoria de la dirección regional del PSOE. Una pieza clave y bien situada. Nada que ver con el premio de consolación a Héctor Gómez, que estuvo pidiendo a la desesperada un encaje en el Gobierno desde el primer día, y al final lo consolaron colocándolo en la agencia de publicidad exterior del turismo español. Es verdad que maneja dinero, pero es dinero tasado para campañas de promoción fuera del país. Don Héctor no puede gastarse esos cuartos como a él le gustaría: si de verdad espera que alguien vaya a tocar a esa puerta, que espere sentado. Alguna de sus declaraciones de estos días rozan lo chiripitiflaútico. El anuncio en una entrevista de que ha agendado una reunión con el ministro Borrell para "coordinar la imagen exterior de España" es petulante. En fin, cada uno que venda lo que sabe. Y Héctor Gómez sabe venderse él.

El debate sobre nombramientos es recurrente cada vez que hay cambios de Gobierno. Y es cierto que Sánchez no se ha prodigado demasiado con sus colegas canarios. Eso ha producido conflictos. Tras el obligado nombramiento en la Delegación del Gobierno, que provocó tensiones en Tenerife, lo de Héctor Gómez en Turespaña sonó más a compensación personal que a decisión de partido. Lo de Ornella Chacón si apunta maneras. Ya en Canarias, se espera que el economista Antonio Olivera, que asesoró a Patricia Hernández en la Vicepresidencia en materia económica, vaya a la ZEC, y que la salida de Héctor Gómez de la mesa del Parlamento implique la entrada de una mujer, probablemente de Tenerife. La que más suena es la diputada Lola Padrón, pero también se ha hablado de Patricia Hernández. Y a para la Subdelegación en Tenerife se ha planteado el nombre de Aarón Afonso, exconsejero de la Presidencia con Patricia Hernández.

El PSOE canario anda ahora preocupado en mostrar su capacidad de influir en los nombramientos que dependen del Gobierno de España, pero ese es un asunto menor: más allá de que se nombre un ministro canario (o no), que ese sí es asunto de impacto público, lo de los nombramientos sólo preocupa a los afectados y a la competencia. El PSOE canario debería preocuparse de influir más en las políticas que tienen que ver con Canarias que en colocar gente, si luego la gente va a lo suyo que es lo que suele ocurrir. La decisión del ministro Ábalos de retrasar la aplicación del 75 por ciento durante al menos seis meses cogió al PSOE canario desprevenido y con el paso cambiado, después de haber alardeado de que ya no eran necesarios los votos de Ana Oramas y Pedro Quevedo para defender la agenda canaria. Pero si Ana Oramas no la lía en el Congreso, a lo peor aún estábamos escuchando a los socialistas canarios defender una decisión errónea. Lo de Ángel Víctor Torres reuniéndose con el ministro para anunciar un acuerdo a tres meses vista y que dos días después vaya Clavijo y cierre una fecha más favorable, tampoco pareció muy inteligente. Evitar que asuntos así vuelvan a ocurrir requiere información y trabajo político. No se cuánto logrará durar el Gobierno de Sánchez, si agotara la legislatura o no lo hará. Pero el PSOE canario no puede equivocarse en ese tiempo como se equivocó el PP en tiempos de Soria. Eso es mucho más importante que los nombramientos.