Mariano Rajoy ha reivindicado esta tarde, en su último discurso como presidente del PP, la actividad política frente a quienes quieren denostarla, y ha proclamado: "He tenido el honor de ser político, y a mucha honra".

Y ha hecho este reclamo frente a los "remilgados" que "fruncen la nariz" cuando se les habla de los políticos, sobre todo cuando "jamás han movido un dedo por los demás ni bajan a la arena", para recalcar que la política es "una tarea noble e imprescindible".

Una tarea, ha añadido el expresidente del Gobierno, que por mal vista que esté por algunos o "ingrata" que parezca es en realidad "la mejor oportunidad" que se le brinda a alguien "para ser útil a los demás".

"Puede ser amargo e injusto", pero la "nobleza" de la política compensa el esfuerzo, sus sinsabores y sus incomprensiones, ha añadido.

En su despedida de la política activa, Rajoy ha señalado que quienes como él conocen la política "de verdad", y no la que se cuenta en "algunas series de culto" conocen que la política es "ilusión, entusiasmo y compañerismo" como también "mucho coraje" y "pasión por el servicio a la gente"

La misma pasión, ha añadido, que puede tener un concejal en el ayuntamiento más humilde de España y un presidente del Gobierno en el Palacio de la Moncloa". "Exactamente la misma", ha subrayado.