El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene este fin de semana un encuentro informal en Doñana con la canciller alemana, Angela Merkel, una reunión con la que quieren estrechar su ya "excelente sintonía" y que estará centrada en la política migratoria, prioritaria en la agenda de ambos mandatarios.

Sánchez invitó a Merkel a pasar el fin de semana en Doñana, donde el jefe del Ejecutivo descansa unos días acompañado por su familia y hasta donde mañana se desplazará la canciller con su marido, en la primera actividad de la dirigente germana tras el paréntesis estival.

Merkel llegará poco después de las 13 horas al Palacio de los Guzmán, sede de la Fundación Casa Medina Sidonia, donde será recibida por Sánchez, y allí mantendrán un almuerzo de trabajo del que después informarán en una comparecencia conjunta ante los medios de comunicación.

La agenda de la reunión está centrada en la política migratoria, un asunto fundamental para los dos países y que coincide con la entrada en vigor del acuerdo suscrito entre los respectivos ministerios de Interior, mediante el cual Alemania puede devolver a los inmigrantes interceptados en su frontera y registrados previamente en España como solicitantes de asilo.

El pacto supone que los inmigrantes que quieran ingresar a territorio alemán desde la frontera con Austria, donde desde julio se llevan a cabo controles fronterizos, pero que estén inscritos como solicitantes de asilo en España, puedan ser devueltos en un plazo de 48 horas.

Un tema que para Merkel es de gran relevancia, tras las presiones procedentes de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada con la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller y que llegó a poner en peligro la continuidad de su gran coalición de Gobierno con sus exigencias de endurecer la política migratoria.

Y todo ello además en medio de un aumento del flujo migratorio a las costas españolas consecuencia del cierre de las rutas del Mediterráneo central y oriental.

Junto a la inmigración, Sánchez y Merkel tienen previsto repasar los principales asuntos de la agenda bilateral y europea, entre ellos la reforma de la unión económica y monetaria en la que el presidente del Gobierno quiere subrayar la necesidad de tener en cuenta el pilar social y las directivas de calidad en el empleo.

También harán balance de la reciente cumbre de la OTAN y hablarán de la defensa europea.

La idea del Gobierno es que sea un fin de semana de trabajo, a invitación del jefe del Ejecutivo español, lo que, según Moncloa, reafirma la "excelente sintonía" que existe entre ambos mandatarios, que ya se han visto hasta en cuatro ocasiones anteriores desde que Sánchez es presidente.

El domingo será un día más dedicado a la naturaleza y Sánchez enseñará a Merkel la playa y el Parque Nacional de Doñana y la labor que se realiza desde el centro de cría en cautividad del lince ibérico "El Acebuche" para la defensa y recuperación de especies amenazadas.

La parte más privada, en la que ambos conversarán en inglés sin traductores de por medio, incluye asimismo una cena el sábado y una comida el domingo, en los dos casos con sus respectivos cónyuges.

Tiempo que les permitirá conocerse mejor y mantener un contacto más humano y directo, según fuentes de Moncloa.

Desde Ciudadanos, el secretario general del grupo parlamentario en el Congreso, Miguel Gutiérrez, ha confiado en que Sánchez y Merkel lleguen a un acuerdo para afrontar de manera conjunta los retos de la inmigración y que éste sea "transparente".