Greenpeace realizó ayer una actividad de protesta con una clausura simbólica de las playas de La Tejita y El Médano (en Granadilla de Abona) y Candelaria. "Estas, como el resto de playas canarias, son unas de las más visitadas de toda España por su enorme belleza, pero sufren contaminación recurrente, ya sea por vertidos de aguas residuales o por fugas de tuberías de combustible que abastecen las Islas".

La clausura simbólica la realizaron con balizas y carteles con las leyendas "Playa contaminada por urbanismo salvaje" y "La playa no es una cloaca". Greenpeace pidió así a las administraciones "que actúen ya, realizando una correcta depuración del 100% de las aguas residuales que se vierten al mar y poniendo fin a la contaminación de playas y ecosistemas marinos".

La responsable de la campaña de Costas de Greenpeace, Paloma Nuche, recordó que la playa de La Tejita sufrió un vertido reciente de queroseno de una tubería que abastece al aeropuerto Tenerife Sur, una práctica "de elevado riesgo" por encontrarse en la propia playa y "muy cerca" de la reserva natural Montaña Roja.

Respecto a la playa de El Médano, mencionó los reiterados episodios de contaminación por aguas residuales urbanas, aguas fecales, provocando el crecimiento exponencial de bacterias potencialmente tóxicas (enterococos), mientras que el Valle de Güímar alberga un polígono industrial y municipios "cuyas aguas de vertido y residuales no son depuradas y contaminan las aguas de baño". Una zona que motiva una sanción de la UE a España.