El papa Francisco lamentó hoy el "evento dramático" en Génova, cuando el martes el tramo de un puente se hundió y provocó al menos 37 muertos, y envió su cercanía a las familias de las víctimas y a los heridos.

"Mientras encomiendo a la misericordia de Dios las personas que han perdido la vida, expreso mi cercanía espiritual a sus familias, a los heridos, a los desplazados y todos los que sufren a causa de este evento dramático. Los invito a unirse a mí en oración, por las víctimas y por sus seres queridos", dijo el papa.

El pontífice hizo esta reflexión momentos después del rezo del Ángelus que presidió hoy con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen.

El suceso tuvo lugar el martes en torno a las 12.00 horas (10.00 GMT), cuando un tramo de unos cien metros del puente Morandi se vino abajo y sepultó a los coches que circulaban por él en ese momento.

El resultado provisional es de 37 muertos, entre ellos tres menores de ocho, doce y trece años, y dieciséis heridos, doce de ellos en estado grave, según cifras de la Delegación del Gobierno en Génova.