Los casos confirmados del nuevo brote de ébola que afecta al noreste de la República Democrática del Congo (RDC) ascienden ya a 51, diecisiete de ellos fallecidos, según los últimos datos difundidos anoche por el Ministerio de Sanidad del país.

En total, las autoridades han detectado 51 casos confirmados de contagio y 27 probables, mientras investiga otros 24.

El informe está actualizado hasta el 10 de agosto e indica también que se han producido otros 27 fallecimientos sospechosos de ser por ébola, aunque no se han podido confirmar en laboratorio.

Las autoridades sanitarias continúan la campaña de vacunación en la zona y ya se la han aplicado a algo más de 300 personas.

Este brote de ébola se declaró en las provincias nororientales de Kivu Norte e Ituri el pasado día 1, tan solo ocho días después de que el ministro de Sanidad, Oly Ilunga, proclamase el fin de otro en la región de Ecuador (noroeste).

Está causado por la cepa Zaire -la más mortal que existe-, por lo que no tiene relación con el anterior.

La zona afectada por esta nueva epidemia es un área de conflicto frecuentemente golpeada por la violencia de grupos insurgentes, lo que puede dificultar la lucha contra la enfermedad.

Kivu Norte es el epicentro de la epidemia, mientras que en Ituri la incidencia es menor y responde sobre todo a los desplazamientos de personas contagiadas.

Este miércoles, el ministro Ilunga recibió en audiencia a representantes diplomáticos de la embajada de Estados Unidos y al director del Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, una agencia de EEUU líder en materia sanitaria), Robert Redfield Jr, según señalaron las fuentes.

La reunión abordó el importante papel que juega la República Democrática del Congo para la salud mundial, dada su posición central en África y su gran tamaño.

El ébola se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados, causa hemorragias graves y alcanza una tasa de mortalidad del 90 %.

La peor epidemia de esta enfermedad conocida en el mundo se declaró en marzo de 2014, con primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakry, desde donde se expandió intensamente a Sierra Leona y Liberia.

La OMS marcó el fin de esa epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque la agencia de la ONU ha admitido que estas cifras pueden ser conservadoras.