El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, llegó hoy a Teherán para participar en una cumbre tripartita con Irán y Rusia, en la que se decidirá el destino de la provincia siria de Idleb, el último feudo rebelde.

Está previsto que Erdogan mantenga un encuentro bilateral con su homólogo iraní, Hasan Rohaní, al margen de la cumbre y que, junto con el mandatario ruso, Vladímir Putin, comparezcan ante la prensa después de la reunión.

La cumbre, la tercera sobre Siria que se celebra en el ámbito del llamado proceso de Astaná, tras las de Sochi y Ankara, tiene el objetivo de llegar a un acuerdo sobre la ofensiva que el régimen sirio planea contra Idleb para expulsar a los rebeldes.

Idleb, el último bastión de la oposición armada al régimen de Bachar al Asad, acoge a unos 3 millones de personas, entre ellas un buen número de desplazados de antiguos feudos rebeldes que ya fueron conquistados por las fuerzas gubernamentales.

Erdogan, cuyo país respalda a algunos de los grupos opositores sirios, expresó esta semana su esperanza de que en la cumbre de Teherán se consiga "prevenir acciones desproporcionadas del régimen sirio", y alertó sobre una posible oleada de refugiados.

Rusia e Irán, por su parte, son los principales valedores del régimen de Al Asad y consideran necesaria y legítima la ofensiva contra Idleb, donde opinan que se ha creado "un nido terrorista".

La provincia está dominada por distintos grupos rebeldes, entre los que destaca el Organismo Liberación del Levante, integrado por miembros de la antigua rama de Al Qaeda en Siria.

El asistente especial para Asuntos Políticos del Ministerio iraní de Exteriores, Hosein Yaberí Ansarí, remarcó hoy la importancia especial de la cumbre, ya que la mayor parte de Siria -dijo- "está limpia de la presencia de los grupos terroristas y armados".

"La reunión se celebra además en un momento en que las políticas unilaterales de EEUU han tomado como blanco a tres países, cuyos líderes se sentarán juntos", subrayó.

El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió esta semana a Rusia, Irán y Siria de que esta ofensiva supondría un "grave error" y acarrearía una "tragedia humanitaria".

Las potencias occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU -EEUU, Francia y el Reino Unido- alertaron además ayer al régimen sirio de que tomarán medidas, posiblemente militares, si utiliza armas químicas en su ofensiva contra Idleb.

La embajadora estadounidense, Nikki Haley, recordó que la actual Administración ya ha respondido militarmente en dos ocasiones a sendos usos de armas químicas por parte del Gobierno de Al Asad y dejó claro que está dispuesta a volver a hacerlo.

En paralelo a la cumbre de Teherán, el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne también hoy para analizar la inminente ofensiva, que ya ha causado el desplazamiento de cientos de civiles desde el sur de Idleb hacia zonas norteñas alejadas del frente.