George Papadopoulos, es un exasesor de política internacional del ahora presidente de EE.UU., Donald Trump, que fantaseaba durante la campaña electoral de 2016 en organizar un encuentro entre el entonces candidato republicano y el mandatario de Rusia, Vladímir Putin.

"Es un chico excelente", llegó a decir Trump de Papadopoulos en una entrevista con "The Washington Post" antes de que se convirtiera en uno de los investigados en el marco de la trama rusa y pasara a ser el primero en declararse culpable, en este caso de haber mentido al FBI.

Hoy, Papadopoulos se convirtió en el primer condenado de la campaña de Trump en el marco de las pesquisas por dicha trama.

La opinión del presidente sobre su exconsejero cambió radicalmente el 30 de octubre de 2017, cuando Papadopoulos firmó el acuerdo de colaboración con la fiscalía y Trump comenzó a distanciarse de él, quitando importancia a su papel en la campaña y tachando al joven consultor de "mentiroso".

"Poca gente conocía al joven, voluntario de bajo nivel, llamado George, quien ya ha demostrado ser un mentiroso", dijo entonces Trump en su cuenta de Twitter, cuando Papadopoulos empezó a cooperar en las investigaciones sobre la supuesta coordinación entre el Kremlin y la campaña del magnate en los comicios de 2016.

Horas antes de oficializarse hoy la condena, la primera para un miembro de la campaña del mandatario, Trump llegó a asegurar a los periodistas que no sabía quién era esa persona por la que le preguntaban.

"No conozco a Papadopoulos, no lo conozco. Le vi en una foto sentado en una mesa conmigo, que es lo único que sé de él", dijo el presidente.

En las últimas fechas, se había informado en medios locales sobre un posible giro dramático de los acontecimientos que llevara a Papadopoulos a romper el acuerdo de culpabilidad con la fiscalía, aunque finalmente mantuvo su confesión y se mostró arrepentido este viernes.

Antes de acercarse al ahora presidente, el ahora condenado no tuvo problema en formar parte del equipo de Ben Carson, rival de Trump en las primarias republicanas, entre noviembre de 2015 y febrero de 2016, pese a que sabía que el caballo ganador era Trump, según su defensa.

Un mes después, en marzo de 2016, Papadopoulos llegó a la campaña del magnate, donde permanecería hasta enero de 2017 -cuando Trump llegó a la Casa Blanca- como asesor de política internacional, concretamente, de temas energéticos, un ámbito en el que se había especializado.

Fue durante este plazo cuando Papadopoulos, según documentos judiciales de la investigación, mantuvo reuniones con un profesor ligado a Moscú con el que trataba de fijar reuniones entre miembros de la campaña de Trump y altos funcionarios del Kremlin, incluso entre el ahora mandatario y Putin.

Precisamente, el exasesor mintió en enero de 2017 al FBI en un momento en el que, de acuerdo con la acusación, Papadopoulos negociaba un puesto en la Administración de Trump que premiara la labor realizada en la campaña electoral.

Su equipo legal le ha retratado durante todo el proceso judicial como un joven consultor brillante en su campo y con gran ambición, que estaba convencido de que Trump era la mejor opción para EEUU y que sería el candidato que saldría elegido, razón por la que supuestamente deseaba hacer todo lo posible por ayudarle.

Según sus abogados, Papadopoulos solo buscaba dar un golpe de efecto, "un boom", que consolidara las propuestas de política internacional del entonces candidato para que consiguiera vencer a su rival, la demócrata Hillary Clinton.

El propio exasesor dijo en una entrevista a "The New York Times", publicada hoy, que sus mentiras al FBI se debieron a un concepto erróneo de lealtad para proteger a Trump, a la campaña y a sí mismo de lo que "probablemente era una acción ilegal".

El controvertido exconsejero, de 31 años, estudió Ciencias Políticas en la Universidad DePaul (Chicago), especializándose en economía internacional, para terminar obteniendo un máster en seguridad en la University College of London (Londres) centrado en Oriente Medio, según su perfil de Linkedin.

La condena de Papadopoulos se enmarca en la investigación de la llamada "trama rusa" sobre los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Kremlin en los comicios presidenciales de 2016, unas pesquisas que dirige desde mayo de 2017 el fiscal especial Robert Mueller.