Tegueste regresó anoche a 1814 a través de su Librea, una representación que volvió a demostrar por qué tiene la categoría de BIC. Con puntualidad londinense, a las 21:30 horas, apareció en escena una señora de acento inglés y un teguestero de la época, azada al hombro. "¡Ah, que usted es inglaterrestre; ya decía yo que hablaba un poco raro...!", no dudó en soltarle el vecino a la visitante. No era otra que la célebre Elizabeth Murray, y tenía una pregunta para él: "¿Por qué, si Tegueste no tiene mar, sí tiene barcos?".

La respuesta a ese y otros elementos del ayer del municipio vendría en un cuidado espectáculo, con una plástica exquisita, dirigido por Miguel Ángel Hernández. El acto convirtió en una era (pavimento de tierra incluido) la plaza de San Marcos, que ya estaba abarrotada una hora antes del comienzo. Por allí desfiló el costumbrismo local, sus gentes, sus animales, sus avatares... con un acompañamiento musical que fue desde el "Himno de Canarias" al "Carmina Burana", y pasando, sobre todo, por los sonidos del folclore del terruño.

Y salió la Virgen de Los Remedios, y el público se puso en pie... No necesita la Librea, en la que participan en torno a 600 personas, más aditamentos para ser un éxito; sin embargo, en esta edición hubo novedad en forma de tecnología. La dirección intentó ir un paso más allá y apostó por lo último en sonido y por el "mapping", un sistema que hizo posible que los símbolos de la Villa se mostrasen en tres dimensiones.