Franco vuelve a estar en el epicentro de muchas conversaciones. En realidad, el dictador nunca ha dejado de ser un asunto al que recurrieron cineastas, novelistas o tertulianos, pero la decisión del gobierno que preside Pedro Sánchez de aprobar un decreto que da vía libre para sacar sus restos del Valle de los Caídos ya es un sumario habitual en los periódicos y en los espacios informativos de la gran mayoría de emisoras de radio y televisión. "Espero que lo saquen de allí lo antes posible", avanza la santacrucera Mercedes Pérez Schwartz, presidenta de la Comisión de la Memoria Histórica, sobre una herida que permanece abierta 43 años después del fallecimiento del militar gallego.

¿Qué reflexión hace sobre todo lo que se ha hablado en las últimas semanas respecto a la exhumación de los restos de Franco de un monumento que se construyó para glorificar su victoria en la Guerra Civil?

Ya era hora que se tomara esta decisión. Lo que no se puede comprender es que exista un monumento en honor a un dictador que dio un golpe de Estado y desencadenó una guerra civil en este país. Espero que lo saquen de allí lo antes posible.

¿Por el contenido de sus palabras entiendo que esta era una medida que se debió tomar antes?

Que le entreguen los restos a sus familiares y lo entierren donde ellos crean más oportuno. No existe ni un solo dictador europeo al que se le haya construido un monumento para ser enterrado en él. Además, está sepultado junto a desaparecidos de guerra, fusilados y republicanos que participaron a través de trabajos forzados en el proceso de edificación del Valle de los Caídos.

¿Cree que este proceso ya está viviendo sus episodios finales o todavía están por llegar muchos vericuetos políticos?

Tengo la confianza y la esperanza de que Franco salga del Valle de los Caídos antes de que acabe el año. Ya han pasado unos cuantos años desde la muerte del dictador para que todavía sigan poniendo pegas.

¿Entiende el enfrentamiento que hay entre las posiciones de derecha e izquierda, las heridas que no han cicatrizado o la permanente mirada hacia el pasado?

Lo que no entiendo es el debate que se ha originado alrededor de la aprobación de este decreto, pero de todas formas el discurso de la derecha cuando trata el asunto de los desaparecidos y fusilados es el de las dos España y el de unas heridas que ya están cerradas. Eso no es así. Esas heridas siguen abiertas y hay muchas personas que estamos procurando sellarlas. Para que eso pase, primero, hay que recuperar los cuerpos de los desaparecidos, pero como eso en algunos casos va a resultar extremadamente complicado, lo inmediato es sacar al dictador de una basílica donde nunca debió estar.

¿La "vieja guardia", la cúpula militar que vivió más de cerca los años de Franco al mando del Ejército, se ha movilizado para que eso no ocurra?

Un militar es un funcionario del Estado y, por lo tanto, debe acatar las leyes y las normas establecidas. La Ley de Memoria Histórica, con sus defectos y virtudes, está para cumplirla. Franquistas que añoran a Franco todavía los hay, pero el propósito de estas personas es meterle miedo al resto de los españoles. Son seres que conviven en un estado de amenaza permanente y ahora están aprovechando este debate para decir que si los restos de Franco salen del Valle de los Caídos corremos el riesgo de entrar en otra guerra civil. Eso no es de recibo. Esa gente no ha tenido muy claro nunca dónde está el norte, es decir, que están tan absortos por la obra del generalísimo que, incluso, aseguran que Franco no mató a nadie ni dio un golpe de Estado. ¿Qué credibilidad puede tener un ser que maneja su vida a través de estos parámetros?

La guerra civil es un escenario poco probable, pero la capacidad de olvido no. ¿Ese eterno conflicto se llegará a diluir en el tiempo, no tanto para pasar página, pero sí para eliminar tensión entre las partes?

Más que un conflicto social, yo lo llamaría intercambio de ideas. En esta vida hay que actuar desde la libertad y respetando todas las posiciones posibles, sin imponer al de al lado tus ideas... A mí no me cabe en la cabeza que podemos caer en otra guerra civil. Sería el colmo. No estamos hablando del 1936, por fortuna, estamos en el año 2018 y esas amenazas no dejan de tener el típico contenido de las tertulias de bar, es decir, poca o ninguna credibilidad. Lo que existe en la calle es un estado de opinión, el conflicto lo sigue originando la gente de derecha para esconder la dramática y triste realidad de lo que sucedió en este país. Aquí hubo un golpe de Estado y se asesinó a personas por ser cargos públicos designados legítimamente por la ciudadanía. Si ellos se sienten mejor contando algo que no se ajusta a la realidad, que lo sigan haciendo, pero ya es hora de que se explique la verdad a muchos jóvenes que ignoran ese capítulo de nuestra historia porque nadie se ha preocupado de exponer todos los datos en las aulas.

¿Lo que no deja de ser curioso es que este debate se mueva a babor o a estribor en función de las siglas del partido que toma las decisiones?

Muchos hablan de oportunismo por parte de Pedro Sánchez, pero lo único que hizo Rajoy fue dejar sin presupuesto la Ley de Memoria Histórica para que las familias no pudieran buscar a los desaparecidos. No la llegó a derogar, pero sí la mermó porque era el Estado el que debía hacerse cargo de las búsquedas, localizaciones y exhumaciones. Si un cargo público ignora una ley, está prevaricando y eso tiene una pena de cárcel. Lo único que ha hecho este gobierno es aplicar una ley que ya estaba. Claro que es mejorable, pero en eso se está trabajando.

¿Por dónde debe renovarse el contenido de la Ley de Memoria Histórica?

Más que una renovación, lo que yo creo que necesita es ser mucho más concreta. Antes de que el PP tomara el control del país estaban trabajando en un reglamento para hacerla más fiable, pero obviamente eso se quedó en el baúl de los recuerdos. Esas modificaciones eran muy necesarias, entre otras cosas, porque muchos ayuntamientos se han tomado a la ligera los cambios de nombre de las calles o del mobiliario urbano que no exalte a los fascistas. Mi lucha con algunos alcaldes va por ahí porque ellos exigen a los ciudadanos que cumplan con sus obligaciones pero, en cambio, la administración sí que puede permitirse el lujo de saltarse la ley a la torera.

Precisamente, esta semana ha sido noticia el hecho de que el pleno de San Juan de la Rambla retirara el título de hijo adoptivo a Franco.

Volvemos a lo mismo. La ley dice que todos los honores y distinciones hay que retirarlos, incluidos, lo de hijo adoptivo, predilecto y todo este tipo de cosas que dan gloria a un dictador. ¿Cómo puede ser hijo adoptivo de un lugar un señor que desgració a tantas familias?

Usted conoce bien las cicatrices canarias de este conflicto y la gran cantidad de cuestiones que todavía no se han cerrado, ¿pero qué esperanzas tiene de cara a poder restablecer la memoria de aquellas personas que aún confían en conocer la verdad?

La única posibilidad que existe es cuidar la Ley de Memoria Histórica que ahora mismo se está discutiendo en el Parlamento. Para que eso ocurra hay que dotarla de una partida presupuestaria para buscar a nuestros desaparecidos. La mayoría de las comunidades autónomas han perfilado su modelo a raíz del corte que se produjo en el momento en el que Rajoy accedió al Gobierno. Confío en que algún día podamos sacar a nuestros muertos de los pozos y de los conos volcánicos. Todo eso hay que hacerlo porque no podemos esconder ni un segundo más lo que ocurrió en esta tierra: en Canarias no hubo un enfrentamiento bélico, aquí hubo un genocidio. En el Archipiélago no se enfrentaron dos bandos.

¿Un exterminio cultural?

Las órdenes del general Mola fueron claras y directas. "Tenemos que empezar con los cargos públicos para meter miedo a la gente que es de izquierda". A mi abuelo, por ejemplo, lo sacaron de su casa a las siete de la mañana. Los maestros también eran "peligrosos" porque el golpe de Estado tenía que llevarse por delante todo aquello que representara cultura, enseñanza o libertad de pensamiento.

Recuperar esos episodios funestos del fondo del Atlántico es una misión imposible, ¿no?

Es verdad que una de las fosas republicanas más importantes que se localizan en Tenerife está en el mar, pero esa búsqueda es prácticamente imposible dada la enorme profundidad a la que se podrían hallar esos restos. Vamos a "rescatar" a los que están en tierra para tratar de darles una digna sepultura.

¿El dolor por un familiar represaliado hasta morir se llega a olvidar?

Es difícil que la memoria pueda borrar las atrocidades ordenadas por Franco y sus colaboradores. Muchos jóvenes viven en la ignorancia de lo que ocurrió en este país porque nadie se lo ha explicado, pero ese es un aspecto que habría que analizar en profundidad. Alguien les debe contar en algún momento de su formación académica la historia real de España, los episodios en los que aparecen los desaparecidos, fusilados, perseguidos...

Muchos puntos estratégicos en África que estaban bajo el control español y de Canarias se convirtieron en una especie de "destierro" de militares que eran molestos en la capital. ¿La historia hubiera sido distinta con un mayor control de esos mandos díscolos?

Eso es algo que habría que analizar poniendo sobre la mesa varias cuestiones que están relacionadas entre sí, pero el mayor error que cometió la República fue mandar a Franco a Canarias. Le dieron todas las posibilidades para que hiciera lo que hizo. Incluso, hubo alcaldes como mi abuelo o el de Buenavista que pidieron por carta que se lo llevaran de aquí porque era una auténtica bomba de relojería.

De la misma manera que desapareció el monumento de Las Raíces, ¿usted es partidaria de retirar otras construcciones con un perfil similar como la de Santa Cruz?

En torno a ese monumento hay un problema que está contemplado en la actual Ley de Memoria Histórica. En ese sentido, deja claro que cualquier construcción que aparezca catalogada como un Bien de Interés Cultural (BIC) no puede ser demolida. Ese monumento ni siquiera es BIC, por lo tanto, habrá que esperar a los resultados del estudio que se está realizando en estos momentos por parte del Aula del Patronato de Cultura del Ayuntamiento para determinar si se puede retirar.

¿Pero en ese punto volvemos a encontrar a los partidarios o no de que esa construcción permanezca como está o desaparezca?

Pero todo eso forma parte del intercambio de ideas del que hablamos antes. Al ciudadano le importa poco o nada ver esa construcción camino de Las Teresitas porque, en realidad, todo forma parte de un discurso político que en estos momentos está agitando el sector de la derecha porque al final son unos añorantes del fascismo.

¿Cree que el radicalismo de algunos discursos políticos puede llegar a ser una amenaza para la unidad territorial?

Estamos en el siglo XXI y si la pregunta la enlazamos con algunos comportamientos que se aprecian en las formas de Pablo Casado, lo mejor que puedo decir es que el ciudadano tiene la libertad para elegir al político que desea que lidere el país. A veces me quedo impresionada de los disparates que dicen en los medios de comunicación personas a las que se les exige tranquilidad a la hora de tomar decisiones.

En medio de la polémica que se ha originado en torno a la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, una voz que sonó con fuerza desde el sur de la Isla de Tenerife se convirtió en un tema de conversación que Mercedes Pérez Schwartz prefiere ver con cierta distancia. Y es que el hecho de que Carmen Luisa Castro (PP), alcaldesa de Güímar, valorara reubicar el monumento a Franco en sus lindes municipales si en Santa Cruz de Tenerife no lo quieren, inevitablemente debe estar presente en una charla con tanta profundidad histórica. "Yo preferiría no hablar de esta persona porque, entre otras cosas, tiene un afán de protagonismo que ya ha quedado al descubierto en otros asuntos que tienen una menor trascendencia. Lo único que sí me gustaría decir es que no olvide nunca que en su localidad muchísimas familias sufrieron las consecuencias directas de la Guerra Civil", critica en una fase de la entrevista en la que pone el acento sobre las desapariciones que se dieron en el Valle de Güímar. "Hay gente en política que está jugando con fuego. Si de lo que se trata es de conseguir popularidad a costa de debates irracionales, conmigo lo van a tener un poco complicado", añade sin perder de vista que "es una falta de respeto jugar públicamente con la memoria de unos seres que nadie sabe dónde están o con el contenido de una ley que debe corregir aspectos como este. No voy a perder ni un segundo más en valorar un protagonismo que cualquier juez no dudaría en sancionar, en el caso de que se diera semejante disparate", concluye.