Más de un centenar de personas, entre las que se encuentran familiares de fusilados, representantes políticos o personalidades del mundo de la cultura, han suscrito un manifiesto a favor del derribo del Monumento a los Caídos de Pamplona, al considerar que se trata de la "mejor y única opción" para la ciudad.

Entre otros, se han sumado a esta iniciativa el director de cine Montxo Armendáriz; el cantautor Fermín Balentzia; el cantante Enrique Villareal El Drogas; el actor Pepe Viyuela; o el director Raúl de la Fuente; además del presidente de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra en el 36, Jokin de Carlos.

También han apoyado el manifiesto representantes políticos como la parlamentaria de Izquierda-Ezkerra Marisa de Simón; o las parlamentarias de Podemos Ahal Dugu-Orain Bai Tere Sáez y Laura Pérez, así como el secretario general de CCOO de Navarra, Chechu Rodríguez.

En el manifiesto, que por el momento ha sido suscrito por 123 personas, destacan que el Monumento a los Caídos fue "diseñado y erigido a modo de inmenso panteón funerario por el fascismo para honrar a dos de los principales jefes y directores de la brutal rebelión armada y del genocidio que practicaron, tanto durante la guerra de exterminio desatada por ellos, como en la dictadura franquista posterior".

"Este monumento conmemora y ensalza las ideologías que ampararon esos horrores, la apología de crímenes de lesa humanidad y ese símbolo del pensamiento único impuesto a cualquier precio", sostienen los firmantes, quienes defienden que "ninguna democracia lo hubiera construido nunca y ninguna democracia debe mantenerlo en pie si quiere defender la libertad y transmitir y enseñar los valores democráticos".

En su opinión, "no es posible apelar al respeto de todas las ideas para mantenerlo en pie porque quienes lo erigieron optaron por autoexcluirse de la convivencia en sociedad y las ideas fascistas que transmite no deben tener espacio en una democracia". "Mantener en pie este monumento puede reconvertirlo en foco de atracción de neofascistas, como está pasando en otros sitios de Europa", advierten.

Además, los firmantes del manifiesto consideran que el edificio "infringe la ley estatal de Memoria Histórica", ya que "todo el monumento en su conjunto debe ser considerado un enorme objeto que exalta la sublevación militar, la Guerra Civil y la dictadura franquista"; además de "incumplir la ley de Memoria Histórica de Navarra".

Asimismo, critican que se trata del "monumento franquista urbano más grande que haya existido y el único que se mantiene en el centro de una ciudad, ocupando un espacio mucho mayor que la propia Plaza del Castillo". Y también censuran que "está perfectamente diseñado para que no pueda ser utilizado para nada más que como un enorme monumento funerario".

Según señalan, "por todas las razones expuestas que avalan el imperativo moral y legal de derribo de este monumento, netamente fascista y radicalmente contrario a la libertad y a la democracia", solicitan a las instituciones públicas responsables (Ayuntamiento de Pamplona, Parlamento de Navarra y Gobierno de Navarra) el "inmediato inicio de las actuaciones pertinentes y necesarias para acometer la eliminación del citado monumento".