El líder de la mayoría en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, ha presentado una petición formal para avanzar en el proceso de aprobación del juez Brett Kavanaugh como candidato al Tribunal Supremo, a pesar de que el FBI aún no ha presentado siquieras las conclusiones de la investigación abierta por presuntos abusos sexuales.

"Es hora de dejar atrás esta asquerosa exhibición", declaró McDonnell, horas antes de presentar la petición para la denominada ''votación de cierre'', que podría tener lugar este viernes. Si prospera, el pleno del Senado se pronunciaría sobre la idoneidad del candidato en un plazo máximo de 30 horas, previsiblemente el fin de semana.

El procedimiento avanza sin que el FBI haya remitido al Senado el resultado de sus pesquisas sobre los presuntos abusos de Kavanaugh. Fuentes citadas por la agencia de noticias Reuters han asegurado que el infome será entregado en principio este jueves.

Sin embargo, ya son varias las personas que se han quejado de no haber sido contactadas por el FBI, entre ellas Christine Blasey Ford, una compañera de instituto de Kavanaugh que denunció haber sido víctima de un ataque en el año 1982 durante una sesión extraordinaria celebrada la semana pasada en la Comisión de Justicia en el Senado.

Los abogados de Ford han cuestionado en un comunicado la labor del FBI, en la medida en que consideran que "no puede llamarse investigación" a un análisis que no incluye una entrevista con la supuesta víctima o con testigos que acreditan la veracidad de lo que contó ante los senadores.

"Estamos profundamente decepcionados por el hecho de que, después del tremendo sacrificio que (Ford) hizo al dar un paso al frente, quienes dirigen la investigación del FBI no están interesados en buscar la verdad", han lamentado los abogados.

Kavanaugh ha negado las acusaciones de Ford, así como las de otras dos mujeres que también han denunciado abusos presuntamente sufridos durante la década de los ochenta. El candidato al Supremo critica una persecución política, algo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha contribuido a alentar burlándose de las víctimas y poniendo en duda sin pruebas sus historias.