Un menor de 18 días falleció en la mañana de ayer por el ataque de un perro en la finca que los padres del pequeño poseen en el municipio de Fasnia. Las mordidas sufridas por el niño en la cabeza fueron letales.

Los hechos ocurrieron a las 11:30 horas. Según las fuentes consultadas, los progenitores del recién nacido acababan de llegar a la citada propiedad. Ambos se bajaron del vehículo y el niño quedó dentro de su capazo en el interior del turismo.

Las ventanillas del coche quedaron abiertas y el perro se introdujo por una de ellas en el automóvil, donde causó las lesiones mortales.

El pastor belga que protagonizó el trágico suceso pertenece a la familia de la víctima y estaba ya en la finca, como habitualmente, cuando llegaron los padres con su bebé.

Tras percatarse de lo que había ocurrido, familiares del pequeño acudieron hasta el cuartel de la Guardia Civil en Fasnia y entonces se activó el protocolo habitual en estos casos.

Los agentes del Instituto Armado acudieron hasta una propiedad situada cerca de la calle Las Vistas y Cueva de la Negra. Al citado enclave también se desplazaron el médico y un enfermero del centro de salud de la zona, así como dos ambulancias, una básica y otra medicalizada. Pero, a pesar de las maniobras de reanimación, dichos recursos sanitarios únicamente pudieron confirmar el fallecimiento del bebé.

Los padres no tienen su residencia habitual en la mencionada finca, sino en Santa Cruz de Tenerife y, cada cierto tiempo, acuden hasta dicha propiedad.

Debido a las características del trágico hecho, la investigación fue asumida por agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife.

El Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes (Gipec) del Colegio Oficial de Psicología de Tenerife fue activado para atender a los familiares. Concretamente, un psicólogo y dos psicólogas atendieron ayer a los padres y otros seres queridos del fallecido.

La Psicología de Emergencias es una especialidad distinta a la Clínica o la que se puede hacer en una consulta, por lo que no se hace terapia, sino que el modo de intervención es singular.

En líneas generales, el objetivo de la intervención en emergencias es prevenir daños mayores y particularmente el estrés postraumático, en este caso a las víctimas secundarias de un suceso trágico, y también la comunicación de malas noticias, según aclaró ayer el Colegio profesional.

Fasnia decretó ayer un día de luto oficial por el trágico suceso.

Antecedentes con niños y adultos

En Canarias ha habido otros episodios de muertes provocadas por perros de diversas razas. En marzo del año 2000, una niña alemana de 20 meses falleció tras ser mordida por un perro stafford en la vivienda donde sus padres pasaban sus vacaciones en Vecindario (Santa Lucía de Tirajana). Sus padres se despistaron unos minutos y la pequeña entró en la perrera. En junio de 2006, una mujer de 50 años falleció en su casa de Valle de Guerra, en el municipio de La Laguna, después de que un american staffordshire terrier la atacara brutalmente. El can era propiedad del hijo de la víctima, pero no estaba dado de alta en el registro de perros potencialmente peligrosos, carecía de microchip de identificación, no se hallaba asegurado ni contaba con cartilla de vacunación. En junio de 2010, un pitbull-terrier mató a un niño de tres años en el barrio de La Gallega, en Santa Cruz de Tenerife. El padre de dicho menor, que entonces tenía 23 años, había adoptado el perro apenas un mes antes en una perrera. El can estaba encerrado en la vivienda y, cuando la madre entró con el pequeño Néstor en brazos, el pitbull-terrier se lanzó y mordió al niño en el cuello. En noviembre del año pasado, una vecina de Puntallana, de 39 años y madre de cuatro hijos, fue atacada por un pitbull, que habitualmente dormía con la víctima y su marido en la misma habitación. El ataque ocurrió cuando la ciudadana estaba sola en su casa.