Las autoridades de salud de Los Ángeles alertaron de un segundo brote de tifus trasmitido por pulgas en el condado homónimo, con el que se ha elevado a 63 el número de diagnósticos registrados allí en lo que va de año.

A comienzos de mes el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles (LAC DPH) advirtió de que los contagios de tifus en el área habían empeorado, y casi duplicado, en los últimos años.

El primer brote importante de 1918 se detectó en el centro de la ciudad y al menos nueve de los casos se registraron en una zona donde se concentran las personas desamparadas.

La preocupación por la propagación ha aumentado ahora que se conoce el segundo brote, que surgió a unos 15 kilómetros del primero.

El otro problema al que se enfrentan las autoridades de salud locales es que el diagnóstico de esta enfermedad transmitida por pulgas suele ser difícil, especialmente en la primera etapa.

El tifus causa fiebre, dolores corporales, dolor de estómago y una erupción.

El médico Muntu Davis, director de comunicaciones de LAC DPH, dijo que la comunidad debe cuidarse de no tener contacto con los animales primarios que portan pulgas infectadas, como gatos salvajes, zarigüeyas y ratas.

Los perros y gatos a los que se les permite salir de casa también están en riesgo de convertirse en portadores de estas pulgas y llevarlas a los humanos, indicó Davis.

Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el tifus transmitido por pulgas en este país se ha detectado ya en California, Texas y Hawai.

En 2008 tan solo se registraron cinco casos en toda California mientras que en lo que va de año suman 79, de acuerdo con el Departamento de Salud Pública.

Trabajadores de la ciudad de Los Ángeles emprendieron labores de limpieza en las calles donde aparecieron los primeros casos en julio, como parte de un programa llamado Operación Calles Saludables dirigido a combatir la propagación de enfermedades contagiosas entre los desamparados.