El poder de las mujeres a la hora de decidir cuándo y cuántos hijos tener repercute directamente en el desarrollo económico y social de las poblaciones, según el "Informe sobre el estado de la población mundial de 2018" elaborado por El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

La directora Ejecutiva de UNFPA, Natalia Kanem, presentó ayer el estudio en Londres haciendo hincapié en que la "posibilidad de elegir" en materia reproductiva puede "cambiar el mundo". Kanem alegó que la falta actual de opciones en la toma de estas decisiones afecta a las tasas de fecundidad.

Así, en los países menos desarrollados, la fertilidad asciende a una media de más de cuatro hijos por mujer como consecuencia de la falta de educación sexual y de acceso a métodos anticonceptivos. Por el contrario, en los países más desarrollados, el obstáculo radica en la baja fertilidad, condicionada por la presión económica y laboral que les obliga a reducir su estirpe para poder conciliar su vida profesional y personal.

Son problemas que contrastan pero que a la vez surgen de una causa común, los límites, de todo tipo, a los que tienen que enfrentarse las féminas para planificar su proyecto familiar.