Entre el 70 y el 90% de las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) están en el paro, un muro contra su inserción social y laboral para el que la Federación Autismo Andaluza ha creado un programa que les ofrece la esperanza de trabajar en empresas ordinarias.

"Tenemos una mano de obra que es probablemente la mejor que puedas poner en ese puesto", defiende Rosa Álvarez, la directora del programa, que se empezó a implantar en 2006 y ha recibido premios varios nacionales y andaluces.

El programa, que es gratuito, personalizado y con apoyo continuo, ha logrado 151 contratos de personas con TEA y 62 en prácticas, lo que le convierte en el primero de España y el segundo de Europa, según ha explicado su directora, a la que llaman de todo el país para solicitarle información.

Los trabajadores diagnosticados con TEA "son magníficos" porque están "enormemente motivados", se distraen menos que el resto de empleados por su capacidad de concentración y, además, su absentismo laboral es "bajísimo". "Cualquier empresa querría tenerlos", concluye la directora.

Uno de sus problemas para encontrar trabajo es la falta de cualificación que suelen tener los diagnosticados tardíamente con autismo, lo que les ha hecho padecer acoso escolar y abandonar los estudios de forma temprana, como dos trabajadores con los que ha hablado Efe, María Serena Martínez, administrativa de 41 años, y Paco Vaccaro, limpiador en un restaurante de 46.

Al limpiador le ayudó a ser diagnosticado una prima suya hace catorce años y después de ser durante mucho tiempo el "raro" de la familia, como admite él mismo, y la administrativa, hace pocos años, comprobó que era Asperger viendo la tele.

El panorama cambiará en quince años porque entonces habrá personas con autismo cualificadas gracias a los diagnósticos precoces, lo que les permite disponer de apoyo desde pequeños y acabar estudios universitarios, como les ha ocurrido con uno que mejora aplicaciones informáticas, la última de ellas, una destinada a la clasificación de huevos de gallina, explica Rosa Álvarez.

Hasta ahora, el sector servicios es el que absorbe la mayoría de los contratos que firma la Federación, como un camarero de piso que hace las camas "mejor acabadas del mundo" o una azafata de una reciente exposición de Murillo, por cuya labor ha sido felicitada la Asociación Autismo Sevilla.

La administrativa María Serena, actriz aficionada y apasionada viajera, lamenta que como su discapacidad es "invisible" y no fue diagnosticada hasta hace seis años, no pudo encontrar su actual empleo, la gestión de documentos en la empresa Konecta, con el que se siente "feliz" y tratada "con respeto".

El limpiador del restaurante de comida rápida, por su parte, fue diagnosticado también de Asperger hace catorce años por la ayuda de una prima, gracias a lo cual encontró el trabajo fijo que mantiene desde hace siete años, que le ha permitido lograr la independencia y acabar con los numerosos empleos de pocos meses que encadenaba.

Paco Vaccaro, que se mueve en un motocarro por el que es famoso en Dos Hermanas (Sevilla), está ahora en un proceso de mejora de empleo y uno de sus "sueños" es trabajar en una tienda de juguetes, en lo que es un especialista, como lo demuestra la colección que tiene y las dos exposiciones que ha montado con ellos.

Rosario Cala, orientadora del programa, imparte formación a los autistas que buscan empleo y también a los compañeros y jefes del puesto de trabajo que van a ocupar para que conozcan sus particularidades.

Todo ello, para que la integración "sea de calidad y reporte beneficios para todas las partes", subraya una de las orientadoras del programa.

Con un presupuesto que oscila entre 100.000 y 150.000 euros, la directora del programa se queja de que el decreto estatal de ayudas al empleo con apoyo incluye exigencias "imposibles" de cumplir, lo que deja desiertas la mayoría de convocatorias.